¡La Caja no está quebrada! Pero sí debe fortalecerse y renovarse

Conozco una historia de vida, de una señora que hace más de 40 años, su esposo junto con ella, hicieron ahorros, de veinticinco mil colones (¢25.000) de aquel entonces; no para comprar un carro o la prima de un lote, sino para pagar una cirugía, y no en un hospital privado, fue para pagar “un biombo” en la CCSS, para una operación de la nariz que no le permitía respirar bien.

También experimento en carne propia la espera de observar cómo un ser amado tiene casi dos años de estar en una lista, esperando a ser llamada para dos cirugías; una en oftalmología por cataratas y la otra en urología por un prolapso urogenital, ese ser amado es mi mamá.

Casos como los que me permito narrar lamentablemente existen en nuestro país, miles de historias, de vidas, porque las listas de espera para cirugías en la CCSS no son una situación nueva en la institución y, lo más doloroso, esas listas de espera que en apariencia son abstractas no lo son, tienen rostro humano; rostros de mujeres, hombres, adolescentes, adultos mayores, niños que están sufriendo porque su única cura económicamente viable, es la intervención médica que ofrece la Seguridad Social (CCSS).

En estos últimos días el tema de la CCSS se encuentra en la palestra o más bien en el ojo del huracán, por cuanto su Junta Directiva otorgó un reajuste salarial de 7.500 colones a cerca de 63 mil funcionarios y desencadenó una serie de eventos mediáticos, sociales y sobre todo políticos.

Una vez que se hiciera público el referido reajuste salarial, inmediatamente desde la Asamblea Legislativa don Eli Feinzaig en su espacio de control político, más parecido a un reproche airado, lo consideró erróneamente como un nuevo aumento salarial al sector público y declaró a la Caja como una isla aparte o una república independiente.

Y posteriormente el Presidente don Rodrigo Chaves hace eco de ese mismo discurso, pero adicionalmente remueve a don Álvaro Ramos Chaves del cargo; no solo por esas discrepancias técnicas que justificaron el reajuste salarial, sino que también (se da la separación del cargo), por incurrir en una “indisciplina estratégica política”.

Este conflicto de pronto ha tenido los alcances que hemos observado, porque don Rodrigo Chaves expresó también que la CCSS está quebrada, al igual que lo repitió un medio de prensa escrito, que por cierto en este momento se encuentra con una enorme deuda con el régimen de IVM y lo mismo lo hizo públicamente un eterno candidato político, que se encuentra moroso con la CCSS.

Manifestar que la Caja está quebrada sin sustento técnico es un tema muy sensible para nuestra paz social, nuestra seguridad social y nuestra democracia.

Lo primero que hay que dejar claro es que la CCSS no está quebrada, para hacer una comparación, la Caja maneja el presupuesto en ingresos semejantes al gasto del gobierno central de algunos países de Centroamérica, para este año supera los 4 billones de colones y posee una reserva de ¢1.6 billones invertida en proyectos de infraestructura, equipo, tecnología diagnóstica y de terapias y recurso humano, todo lo anterior descrito para la atención de pacientes.

Experimentamos un proceso post pandemia, pero para colocar esto en la perspectiva correcta, solo para finales del año 2020, la CCSS brindó nueve millones ciento diecinueve mil setenta y seis (9.119.076) consultas a pacientes, más las trescientos cincuenta mil novecientos seis consultas (350.906) por COVID-19, para un total de9.469.982 (nueve millones cuatrocientos sesenta y nueve mil novecientos ochenta y dos) personas atendidas en menos de un año.

Para ese mismo año se brindaron tres millones ciento noventa y tres mil setecientos sesenta y ocho (3. 193.768) en consultas de urgencias, de las cuales se suman doscientos treinta y un mil cuatrocientos cincuenta y tres (231.453) que fueron por COVID-19, para un total de tres millones cuatrocientos veinticinco mil doscientos veintiuno (3.4425.201) personas atendidas, sin contar los setenta y cuatro millones doscientos setenta y un mil doscientos noventa (74.271.290) despachos de medicamentos de usuarios y cuarenta y tres millones cuatrocientos nueve mil doscientos treinta y nueve (43.409.239) exámenes de laboratorio.

Eso sin contar los miles de vidas que se salvaron, gracias a la atención hospitalaria, en unidades COVID, en Unidades Críticas y en Unidades de Cuidados Intensivos, cuyo costo por día hospitalario supera los tres millones de colones (¢3 millones) cada 24 horas y en promedio los pacientes sintomáticos respiratorios tuvieron un internamiento de dos semanas, es decir; con facilidad el costo en ese tipo de atención superó por persona los 36 millones de colones. Esa es la grandeza de la CCSS a través de nuestra Seguridad Social.

Está equivocado don Rodrigo Chaves Robles, la Caja no está quebrada, pero sí debe fortalecerse y renovarse, para paliar las listas de espera en citas, procedimientos quirúrgicos, diagnósticos y terapéuticos, porque el único profesional con esas facultades de atención es el médico. Aunado a ello por el cambio del perfil epidemiológico en nuestro país, se necesita con urgencia la contratación y formación de médicos especialistas para acabar de una vez por todas, con dolor en miles de familias costarricenses que están en la angustia por ser atendidos como se merecen, con eficiencia, de manera oportuna y sobre todo con humanidad.

La contratación y formación de médicos especialista no pasa por las competencias legales que tiene la CCSS, eso depende de la disposición formativa por parte de la UCR y de otros actores en materia de salud pública. La Caja es una buena madre, es el pilar de nuestra seguridad social y nuestra democracia”, por lo que invito respetuosamente al Sr. Presidente a comerse esa bronca, para exigir la contratación y formación de más médicos especialistas y le aseguro que millones de costarricenses le ayudamos a comernos esa bronca juntos.