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Opinión

¿Priorizamos correctamente respuesta a los retos y desafíos en el arbitraje?

A 25 años de la Ley RAC

Durante 2022 estamos celebrando 25 años de la emisión de nuestra Ley sobre Resolución Alterna de Conflictos y Promoción de la Paz Social (LEY RAC) y me parece que es una oportunidad de excepción para realizar un análisis, en el caso puntual del arbitraje, de los retos y desafíos que ha traído el cambio de los tiempos. Contrario a lo expresado por algunos estimables Colegas, no considero que se trate de un desgaste de la institución, simplemente 25 años nos confronta a una realidad muy diferente a la de 1997 a la cual debe responderse.

Me he percatado de un creciente movimiento que propugna una reforma a la Ley RAC. En este momento se encuentran en la corriente Legislativa tres diferentes proyectos de reforma, los cuales van encaminados en su mayoría a implementar en nuestra normativa, el paso de un sistema dual, a uno monista un solo cuerpo de normas para regular todo lo relacionado al Arbitraje tanto doméstico como Internacional, lo cual, reconocemos, es la tendencia mundial.

Cuando me inicié en la práctica del arbitraje hace aproximadamente unos quince años, se hablaba de que algunas de las ventajas incuestionables de este resultaban, a no dudarlo, la posibilidad de que los diferendos fuesen sometidos a especialistas en la materia en conflicto, y, sobre todo, el hecho que la resolución de los diferendos podía darse en un periodo de tiempo sensiblemente menor al tiempo que dicha resolución hubiese tomado en vía Jurisdiccional. Sin embargo y de forma cada vez más reiterada, nos enfrentamos a la realidad de procesos de arbitraje que innecesariamente se prolongan en su resolución como resultado de que muchos de los involucrados (abogados de parte) recurren a tácticas dilatorias como la interposición de incompetencias inexistentes que fuerzan que los expedientes sean enviados a la Sala Primera de la Corte, donde lamentablemente, y debido a un problema de mora Judicial que afecta a toda la judicatura, dichos expedientes pueden llegar a quedar en suspenso por periodos de uno o dos años.

Lo mencionado anteriormente no solo resulta en una desnaturalización de la institución, que se supone debe ofrecer a los usuarios vías expeditas de resolución de las controversias, sino que innegablemente tiene repercusiones en un tema de costes: “no existe mayor perjuicio que un diferendo cuya solución se prolonga innecesariamente en el tiempo…”.

Desde mi punto de vista, y dicho con el mayor de los respetos, la anterior problemática resulta prioritaria a las iniciativas de impulsar una reforma a la Ley RAC, pues estamos hablando de la esencia misma de la Institución.

Considero que el abordaje al problema debe ir básicamente en dos vías:

Después de 25 años, el arbitraje se ganó por derecho propio la opción de que las universidades de este país ofrezcan la alternativa de acceder a grados de Maestría o Doctorado en Arbitraje, máxime cuando se piensa que incluso en el nuestro, la institución goza de rango Constitucional.

Nunca lograré entender la reticencia que hasta la fecha han tenido las autoridades universitarias a abrir los mismos, a pesar de ingentes esfuerzos que muchos hemos realizado en tal sentido.

Sin un apoyo académico que garantice la formación de nuevos profesionales con un cambio de mentalidad, será muy difícil la avenida de nuevas generaciones que manejen el concepto del arbitraje como una forma particular y diferente de entender el litigio, donde prime la buena fe y la colaboración incluso entre contrapartes, a pesar del esfuerzo que se realiza con cursos especializados, congresos y webinar, esto jamás podrá sustituir la academia, punto en el cual definitivamente nuestras universidades han sido deficitarias. No veo que mejor reconocimiento a los 25 años de la Ley RAC, que la apertura de tales espacios de formación que garanticen generaciones de abogados(as) con una visión diferente del derecho.

Con respecto al problema de la mora judicial, en el caso específico del arbitraje, mi posición es la de ser propositivos. Nada se logra con realizar señalamientos y buscar culpables. Desde hace ya tres años en el Grupo Centroamericano y El Caribe de Arbitraje venimos siendo facilitadores de espacios de discusión amplios y respetuosos, que permitan crear sinergia con las judicaturas del área, tendientes a encontrar puntos de coincidencia y trabajo de equipo. Como diría nuestro pueblo, no se trata de encontrar la receta del agua caliente, el norte es que el país conserve la credibilidad, buen nombre y prestigio que nuestro Poder Judicial se ha ganado en buena lid a nivel Internacional, lo cual redunda incuestionablemente en la institucionalidad del país.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Martes 27 Septiembre, 2022

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Jorge Chacón Mora

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