Declaratoria de emergencia debe ser para todo el país
Editorial
Es lamentable ver cómo nuestra sociedad se enfrenta a cada vez más problemas. No solo de delincuencia, bajonazos, asaltos y narcotráfico, sino que ahora hay que sumar los asesinatos que están a la orden del día y, lo peor de todo: son más violentos.
De todo lo que pasa en nuestro país, lo más preocupante es que ya no hay un solo lugar donde nos sintamos a salvo, pues ahora vuelan bala a diestra y siniestra sin pensar en quién va a salir perjudicado.
Antes, para resolver un problema o en las luchas de bandas, se pegaban un balazo o dos y ahí terminaba la historia, sin embargo, en la actualidad quienes hacen estos trabajos se ensañan de una manera muy cruel, dejando a las víctimas en pésimas condiciones, en muchas ocasiones hasta destrozadas y desfiguradas.
El presidente de la República habló de la posibilidad de hacer una declaratoria de emergencia por la ola de asesinatos ocurridos en Limón, pero esto no es necesario solo para la provincia del patí y el rice and beans, sino para todo el país, porque no hay un solo lugar donde no ocurran estas matanzas.
Si bien históricamente en Limón se produjeron muchas historias que lamentar, donde lastimosamente no solo fallecen las personas involucradas en actos ilegales, sino que también se cobra la vida de inocentes, la semana anterior con el señor que ayudaba a una niña a bajar de su vehículo sin saber que esos serían sus últimos minutos de vida.
No podemos evitar pensar en todas esas familias que hoy, después de varios meses, siguen buscando respuesta a la matanza donde perdieron hijos, hermanos, parejas y padres, porque sin importar en qué se hubieran metido no dejan de ser seres humanos queridos en su entorno familiar, independientemente de que se dedicaran a cosas ilegales.
Pero el narcotráfico no solo tiene tomado Limón, con el paso del tiempo se ha adueñado de toda Costa Rica, de sus bellezas naturales, de sus playas y hasta de personas que buscan oportunidades, pero no les llegan y muchas veces por eso se meten a un negocio del cual no saben si irán a salir vivas.
Lo más preocupante de estos asesinatos es la corta edad que tienen tanto los gatilleros como las personas ejecutadas. Crece el número de jóvenes que se ven envueltos por el dinero fácil y todo lo que trae consigo.
Esas tragedias deberían encender las luces de alerta en quienes somos padres de familia, para que busquemos por todos los medios enseñarles a nuestros hijos que quien se mete a jugar con fuego sale quemado, que los temas de drogas resultan muy delicados, terminan trayendo muerte y dolor para muchos ticos.
Esperamos que las autoridades busquen una solución porque si no ahorita vamos a estar como en el Viejo Oeste, en cualquier momento se arma un pleito que termina en balacera.
Pero también es responsabilidad de todos nosotros que esos decesos se terminen. Debemos denunciar cuando algo no ande bien, sin importar si es el vecino.
En el caso de los padres, es hora de que pongan las barbas en remojo, debe ser muy difícil denunciar a nuestra propia sangre; sin embargo, muchas veces tienen en sus manos evitar las muertes de muchas personas.
Es momento de que dejen de encubrir a sus hijos porque “pobrecitos, qué pecado que estén en la cárcel”. Es justo y necesario que dejen de comer, vivir y darse lujos con dinero de dudosa procedencia.
Las autoridades deberían analizar cómo trabajan. Nuestro país en lugar de ir cambiando para bien, se está poniendo patas para arriba. Cada día se ven más crímenes. Lo peor de todo es que conforme avanza el tiempo, así también lo hacen en voracidad los ajusticiamientos.
No puede ser posible que cada semana se reporten tragedias. Pasa en nuestras narices y debemos ponerles fin. Ciudadanía y autoridades, pongamos de nuestra parte. Estamos a tiempo de salvar Costa Rica.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Martes 24 Mayo, 2022
HORA: 12:00 AM
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