Soy un joven soltero de 23 años. La gente piensa que los drogadictos siempre son vagos e irresponsables. Mi mamá es una profesional que gana muy bien, pero ella se droga y se “enfiesta” a veces hasta toda una semana. Yo estoy grande, estoy terminando mi carrera, pero tengo dos hermanos que pasan solos la mayoría del tiempo, y los dos como que van por mal camino, ahora tienen malas notas, y lo peor es que en el colegio abundan las drogas y en la casa también.
La dinámica de la drogadicción tiene muchas caras, y aunque se tiende a creer que solo las clases bajas y poco preparadas son víctimas de estos vicios, los estudios señalan que muchas personas graduadas, con grandes ingresos, sucumben ante las drogas y, aunque no enfrentan problemas económicos, sí lidian con dinámicas familiares sumamente difíciles, condicionadas precisamente por las drogas.
Es común que estas sustancias alejen al individuo de su realidad y de sus responsabilidades, lo cual representa un fuerte golpe para los hijos, quienes necesitan el afecto, el cuidado y la disciplina de los padres, y en muchos de estos casos crecen bajo una carencia que suele tener efectos nocivos en los menores.
Lo que procede es entablar una conversación en buenos términos con tu mamá para que todos como familia busquen ayuda psicológica. Si la propuesta no es bien vista, procede hablar con otros familiares, para que en conjunto traten de resolver este problema cuanto antes, para que la estabilidad y el desarrollo de tus hermanos no se vea perjudicada. Desde luego, también existen otras instancias de índole gubernamental ante las que cualquier miembro de la familia puede recurrir. Afortunadamente, en la mayoría de los casos una conversación suele ser más que suficiente.
