Diario Extra - Retrasos marcan inicio de juicio de exsacerdote

El Tribunal de Justicia del Primer Circuito en San José dio inicio al juicio en contra del exsacerdote Mauricio Víquez Lizano, quien es imputado por presunto abuso sexual contra menores de edad.
Al imputado se le acusa de los delitos de violación calificada y corrupción agravada, hechos que habrían sucedido en el año 2003.
Debido al contagio del juez el pasado febrero, el mismo Tribunal estipuló un plazo de 10 días para retomar el debate, pero al sobrepasar ese tiempo se reinició en su totalidad este martes.
La lectura de la acusación tuvo un atraso de casi dos horas por peticiones de que se retirara a los jueces Henrry Castro García y William Escalante Quirós, por ser partícipes en el primer debate, que tuvo que ser cancelado.
Los abogados querellantes, Rodolfo Alvarado y Rafael Gullock Vargas, apelaron la presencia de estos dos jueces, ya que ambos piensan que su objetividad ya está manchada al conocer detalles a fondo de los debates previos, por lo que, inclusive, al determinar un reinicio del proceso, se aclaró a las partes que todo sería reacomodado, hasta los jueces.
No obstante, luego de un receso de 10 minutos, la jueza Ana Patricia Mora Arias tomo el mando desestimando lo apelado por los querellantes y dando así inicio al debate.

MÁS ATRASO

Por su parte, los problemas con el tema de retraso para que el juicio avance como debería, continúan, ya que, al finalizar el debate de la recusación, los abogados Rodolfo Alvarado y Rafael Gullock manifestaron ante el tribunal que no estarían presentes los días jueves y viernes, en los que se pretendía continuar con el juicio, por cuestiones de otros casos que ya tenían previamente agendados, por lo cual remitieron las pruebas y los documentos que hicieron constar su ausencia.
A su vez, el licenciado Gullock estará fuera del país en el mes de abril, por lo que el Tribunal deberá asignar fecha para que se continúe con el proceso, de testigos, conclusiones y el por tanto del proceso legal, que ya lleva alrededor de un año.

ACUSACIÓN

Una vez quedaron en claro todas las gestiones ajenas al proceso judicial en contra de Víquez, se inició con la lectura de la acusación, la cual narra que:
“El encartado habría aprovechado la cercanía que mantenía con la víctima y las familias creyentes, cuando era sacerdote de la iglesia de Patarrá de Desamparados.
Alvarado, quien tenía 11 años, realizaba actividades de limpieza en la iglesia capitalina, por lo que debía acudir a Víquez para que este le cancelara el salario. Con el fin de abusarlo sexualmente y de satisfacer sus deseos sexuales, valiéndose de su situación de vulnerabilidad, en la intimidad y clandestinidad del aposento, le consultó sobre una cicatriz que tenía en su abdomen, acto seguido le dijo que se despojara de sus vestimentas y tocó con sus manos los glúteos del agraviado. Asimismo, le apartó de sus glúteos para ver su ano, esto bajo el pretexto para ver el estado físico de su cicatriz”, expresa la acusación.
En apariencia, el delito se habría cometido entre el 1º de junio y el 1º de setiembre del 2003. “Le indicó que se sentara en una silla y le entregó una suma de dinero equivalente a su recibo de luz y le manifestó: ‘Qué lástima que no tengo qué ponerlo hacer, pero tengo ganas de que me hagan masajes porque me siento agotado’. Le colocó aceite en las manos del ofendido e hizo que lo tocara en su pecho por debajo de su ropa, asimismo lo abrazó y le indicó que eso era normal, le ordenó que le besara el pecho”.
Asimismo, el Ministerio Público indicó que en los días siguientes la víctima habría sido sometida al abuso sexual en el que el exsacerdote también ofreció dinero.

EN SILENCIO

“De seguido, el imputado despojó al ofendido de sus vestimentas y, no satisfecho con su actuar delictivo, con el fin de accederlo carnalmente, lo colocó en la cama y colocó el pene del agraviado dentro de su boca, esto mientras se masturbaba hasta eyacular, luego de esto le indicó que se llevara el dinero y que no le contara a nadie”, añade la acusación.
Sin embargo, con el paso del tiempo y al ganarse supuestamente la confianza del agraviado, Víquez incluso lo habría penetrado.
“Acto seguido, acostó al menor en una cama, le indicó que si aceptaba lo que él le quería hacer le daba plata, y lo accedió carnalmente, ya que lo despojó de sus vestimentas e introdujo el pene dentro de su ano mientras le indicaba que se relajara ya que el menor le decía que le dolía mucho”, detalla.
El juicio sigue en pie para el día miércoles, esperando a las fechas de reposición por los días que los abogados querellantes tienen que ausentarse.