La convivencia diaria en ambientes tan cargados de toda clase de contaminantes ha provocado que tanto la enfermedad pulmonar como la mala respiración se hayan convertido en un problema creciente… ni qué decir ahora en tiempos de la Covid-19, que se volvió un inquilino incómodo al cual tener en cuenta en todas nuestras actividades.
Pero podemos mantener nuestros pulmones saludables: al no fumar, con el ejercicio regular y evitando el aire contaminado. También, siguiendo las recomendaciones sanitarias contra el virus pandémico. No obstante, la alimentación también es vital. Diversos estudios han demostrado que lo que comemos tiene un impacto en nuestros pulmones.
Vegetales crucíferos como el brócoli, coles de Bruselas, el repollo y la coliflor, entre otros están repletos de antioxidantes, ayudan a limpiar el cuerpo de toxinas dañinas, también contienen glucosinolatos, productos químicos que se descomponen y forman compuestos activos que ayudan a inactivar carcinógenos y proteger a las células de daños.
Asimismo los carotenoides, que tienen un pigmento naranja orgánico y antioxidante, han demostrado reducir el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Una forma de reconocer un carotenoide es por su color; se encuentran típicamente en frutas y verduras con tonos naranja, rojo o amarillo, por ejemplo, el camote, la calabaza y el albaricoque. Igualmente, las zanahorias son particularmente buenas para los pulmones, ya que contienen betacaroteno, que se convierte en vitamina A, la cual reduce considerablemente la probabilidad de padecer asma.
OMEGA-3, JENGIBRE, AJO Y MAGNESIO
También es bien sabido que el Omega-3 es bueno para los pulmones, en particular y se puede encontrar en pescados, nueces, linaza... Mejora la función y aumenta la capacidad pulmonar mediante la reducción de la inflamación en las vías respiratorias. Por otro lado, tenemos al jengibre, una raíz que funge como un poderoso antioxidante y un antiinflamatorio natural, la cual puede limpiar los pulmones de cualquier contaminación, mientras relaja los tejidos de los músculos que los recubren, lo que facilita que los asmáticos respiren mucho mejor. Puede agregar al té unas rodajas de jengibre y también preparar deliciosas galletas.
El ajo, por su parte, le ayuda a mantener un sistema inmune sano, ya que es un antiinflamatorio natural. Un estudio reveló que comer ajo crudo dos veces por semana reduce a la mitad el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, debido a sus altos niveles de alicina, antibiótico natural que combate las infecciones bacterianas y fúngicas en los pulmones.
Alimentos como semillas, nueces o frijoles son ricos en magnesio un mineral antiinflamatorio natural que aumenta la capacidad pulmonar y mejora la eficiencia del proceso respiratorio.
GRANADILLA,VITAMINA C, PIÑA Y AGUA
La granadilla es una fruta deliciosa, rica en antioxidantes y antocianinas, dos nutrientes a base de plantas que tienen propiedades anticarcinógenas, según las investigaciones realizadas. Puede agregar semillas de granadilla a sus ensaladas o beber su jugo.
La vitamina C, que se encuentra en guayabas, naranjas, kiwis y pimientos ayuda a los pulmones a transportar oxígeno por todo el cuerpo, así que, si consume alimentos que la contengan de forma generosa, será menos probable que desarrolle afecciones respiratorias como la bronquitis y el asma. Igualmente se ha demostrado que previene la aparición de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que causa falta de aire.
Otra fruta beneficiosa para el bienestar pulmonar es la piña, ya que son ricas en bromelina, una forma natural de tratar el edema pulmonar, una afección que impide que los fluidos drenen adecuadamente de los pulmones, lo que provoca dificultad para respirar. Estudios demuestran que comer alimentos ricos en bromelina reduce los glóbulos blancos inflamatorios en un 85%. Aunque el agua se recomienda para una buena salud en general, se dice que es el remedio natural número uno para los pulmones. Ayuda al proceso circulatorio manteniéndolos suficientemente hidratado y listo para eliminar las toxinas. ¡Así que beba más agua!
