¡Yo no envidio los goces de Europa!

Tenemos uno de los presidentes más jóvenes de la región. Eso debería ser un incentivo para que su visión sea mucho más amplia que la de muchos otros gobernantes. Sin embargo, ha optado por el camino más rápido y más dañino para nuestro país, Costa Rica. Este tiene un potencial impresionante, basta con recorrer el mundo para escuchar a personas extranjeras hablando de nuestro país como un paraíso y un sueño que deben visitar.

He visto en países del Medio Oriente la cantidad de turismo que hay siendo un inmenso desierto y aun así generan miles de millones de dólares en ingresos, tanto para los empresarios como para el gobierno. Nosotros también tenemos un potencial muy grande en materia de turismo, pese a esto, no hay una visión que indique que es la forma en la cual se puede rescatar al país.

Hoy en día, las redes sociales y la tecnología han generado una globalización que nos llevó a que el mundo esté mucho más conectado que hace veinte o treinta años; eso debería ser un beneficio para nuestro país. En cambio, vimos que uno de los presidentes más jóvenes de la región pusiera -el año pasado- un simple kiosco para promover Costa Rica en Nueva York; la verdad, me dio mucha lástima. Lo que se invirtió en eso probablemente hubiese llegado a más personas con publicidad en la web o en la televisión extranjera.

Básicamente, él -como líder- tiene que vender a Costa Rica como un lugar ideal para el turismo; deberá invitar y asociarse con personas conocidas y famosas, como “youtubers”, actores, políticos, cantantes, etc.; y, si es posible, invitarlas al país con todo pagado con la única condición de que hablen bien del país e inviten a sus conocidos y seguidores a visitar Costa Rica. Claramente, si esto se hace correctamente, millones de personas verán a Costa Rica como un destino excelente para visitar.

El gobierno tiene que invertir en publicidad para promover zonas turísticas de forma masiva en la web, y así alcanzar a millones de personas, quienes se enterarán de nuestro país. Esas medidas harán que la economía se reactive por medio del turismo, que generará más empleo y dinamizará la micro y macroeconomía. En cambio, lastimosamente, más impuestos harán lo contrario a mediano plazo o corto plazo.

El Sr. presidente es el representante del país, él debe estar más consciente del alcance de su poder y aprovecharlo para promover a Costa Rica; nosotros tenemos demasiado potencial y con qué competir contra los mejores destinos del mundo.

Podemos pensar en hacer el parque acuático o de diversiones más grande de Latinoamérica, e incluso del mundo, el edificio más grande de la región, crear atractivos turísticos o -¿por qué no?- financiar a empresas que quieren hacer proyectos grandes y únicos de forma reiterativa en el país. Esto obviamente nos dará valor agregado por encima de otros destinos.

Cierto extranjero que estaba interesado en crear algo único en Costa Rica me preguntó “¿Y por qué Costa Rica, teniendo 70 años de estabilidad política y siendo un país sin ejército, con un gran potencial turístico, no tiene una atracción como las de México o Guatemala?”. Sin embargo, a la hora de ver la burocracia y falta de voluntad política entendió por qué no tenemos dichas atracciones.

Su reacción fue ir a buscar otros países con mejores condiciones. Ahí mismo se hubiese creado cientos de empleos y reactivado la economía de la zona donde se pretendía hacer dicha atracción, misma que en estos momentos atraviesa problemas graves de desempleo.

Así mismo, y como lo he mencionado anteriormente, hay una infinidad de cosas que se pueden hacer. Todo es cuestión de sentarse a hablar, asesorarse con personas de visión y escuchar verdaderamente a la clase productiva del país, los que innovan.

Señor presidente, usted tiene en sus manos hacer todas estas cosas. ¡Usted puede pasar a la historia como el héroe que hizo grande a Costa Rica o como el villano que vio el hueco que hundió el barco y nunca hizo nada! Es su decisión.