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Nacionales

“Estamos frente a la época más violenta”

Marcelo Solano Ortiz, jefe de la Policía Municipal de San José:

Marcelo Solano Ortiz, jefe de la Policía Municipal de San José, en entrevista con Iary Gómez (izq.), gerente general de Grupo Extra, y Manuel Estrada, subdirector. (der)

La pandemia del Covid-19 es la encargada de invisibilizar lo que ocurre en el país, pues todo lo que se encuentra a su alrededor como la crisis económica, el desempleo y la emergencia sanitaria, provocó que los temas comunes fueran relegados. 

Así lo considera Marcelo Solano, jefe de la Policía Municipal de San José, quien expresó que de acuerdo con las encuestas de opinión, al parecer, el tema de la seguridad no es una prioridad para la población. “Más de la mitad del país piensa que seguridad no es un problema”, señaló. 

¿Atraviesa Costa Rica por una de las épocas más violentas?

-Estadística y objetivamente, si quisiéramos hacer estudios comparados, estamos viviendo la época más violenta de toda Costa Rica y la respuesta de la institucionalidad de pronto podría no estar acorde con lo que está ocurriendo, porque evidentemente estamos plan Covid. Hay que reconocer que la situación regional también se ha complicado, el país no tiene control de sus fronteras, ni ahora ni antes; son fronteras muy porosas, montañas, costas, no por incapacidad de nadie, sino por la misma inversión que hemos hecho como país en seguridad. Creo que el país tiene muchos años de estar desmantelando su aparato policial, que nace por el mismo desinterés del Estado de financiar los cuerpos de seguridad. 

¿La policía está limitada?

-Tenemos nuestras capacidades muy limitadas frente a la época más violenta de nuestra historia y eso ha hecho que algunas de nuestras comunidades estén con problemas de violencia muy serios. La cantidad de homicidios, tiene razón la academia, responden fundamentalmente al crimen organizado, la mayoría, no todos. El impacto del narcotráfico es el principal responsable de la lucha territorial que puede haber entre las bandas y se ha asentado a tal punto que llegamos a ser el tercer país exportador de cocaína a Europa. 

¿Estos problemas se deben a la una mala función en el aparato judicial?

-El aparato judicial es solo una de las ramas, que además ha llenado de desánimo a la policía, porque no se ve una misma fuerza entre el esfuerzo policial y el judicial para darles la contención final a los infractores. Por otro lado, quizá la penetración del narcotráfico, sin señalar a ninguna institución en particular, es más grande de lo que creemos. Estamos en una de las zonas más violentas del mundo (región centroamericana), en medio de un país que recién está en un proceso de pacificación (Colombia), que lucha consigo mismo porque tienen un sector de desmovilizados que volvieron a la actividad criminal. Además de esto está México, que tiene zonas como Michoacán donde el estado ha perdido control, también hay un “socio” al norte, con el que no podemos trabajar con conjunto los temas de seguridad. 

¿La seguridad de las ciudades debe quedar en manos de la policía municipal?

-La operación de esa gran policía nacional de Costa Rica debería enfocarse a ponerle un escudo de protección al país, donde lo necesitamos, dejándole la primera acción de seguridad a las policías locales. Como ocurre en todas las ciudades del mundo. Tiene que haber una guía estratégica del Ministerio de Seguridad Pública que controle y promueva ordenadamente cuál es el rol para que hay buena coordinación. 

¿La Policía Municipal tiene identificados los sectores donde se dan más asaltos y robos?

-Sin mencionar barrios, hay algunas áreas que por sus características representan un volumen adicional de trabajo policial. La zona de los mercados, por la cantidad de productos que van y que vienen, donde hay regateo, se paga en efectivo, son zonas urbanas que están deterioradas, esto hace que la cantidad de algunos delitos contra la propiedad sea mayor a barrios donde únicamente hay bares y restaurantes. La otra es en la cercanía de los hospitales, porque las personas van con otras preocupaciones y muchos de ellos vienen de zonas rurales donde no están acostumbrados al ajetreo de San José. Las hace víctimas más fáciles. 

¿Existen policías suficientes para cubrir estos sectores?

-No alcanza la cantidad de funcionarios para poner un policía en cada zona donde hay delitos. La estrategia policial es la distribución de zonas, pero frente a cualquier incidente el o los equipos deben trasladarse a atenderlo, ya sea porque los llaman de otras zonas o tienen que hacer algún trámite policial. La policía no tiene la misma facilidad de ajustar los horarios con la misma velocidad con la que los delincuentes cometen los delitos. El delincuente hace lo que le da la gana y el policía tiene que ajustarse a una serie de controles y hace que nuestra respuesta sea en muchas ocasiones más tardía. 

¿Tienen identificadas cuántas estructuras criminales operan en San José?

-En legitimación de capitales quizá es donde más visible es crear una serie de actividades comerciales fachada que no generan reactivación económica y constantemente la policía tiene que lidiar con estas actividades comerciales. Algunas veces con licencia, otras veces sin ella. Lo anterior, tiene que ver con loterías ilegales, casinos clandestinos o salas de juego que creemos responde a unas pocas estructuras criminales que se han valido de esta gran disponibilidad de locales y generar flujos de dinero que suben y bajan. 

¿Operan extranjeros o ticos?

-Sí, suramericanos, mexicanos y para romper tabúes europeos, que forman parte de estructuras. Hasta hace algunos años en el liderazgo de todas las estructuras internacionales eran extranjeros que operaban en Costa Rica.

 Hemos ido creando nuestra propia generación de pseudocapos y algunos ocupan posiciones de relevancia en las organizaciones internacionales. 

¿Dentro de estas organizaciones hay exconvictos?

-No es lo común, pero sí hay casos. Existe una tarea pendiente en el sistema penitenciario que es la reinserción laboral de la persona que estuvo sometida a justicia. Una cantidad determinada de habitantes de calle son exconvictos que purgaron la condena y ante la imposibilidad de encontrar trabajo o volver a construir su tejido familiar, cayeron en el alcohol, drogas y hoy son habitantes de calle que están sobreviviendo ahí afuera. 

¿Existe acompañamiento en estas situaciones por parte del Estado?

-El Instituto de Criminología tiene estudios e iniciativas sobre este tema, pero hay unos trabajos pendientes, uno es el acompañamiento a las familias, mientras esa persona está sometido al sistema, especialmente cuando hay privación de libertad. También hay un trabajo de prevención muy importante para evitar que el privado de libertad se valga de su familia o la necesidad para que sigan en algún negocio como las mujeres que se encuentran en el Buen Pastor, porque su compañero les pedía que realizara esa actividad para sostener a la familia. El otro son los hijos de los privados de libertad que no tienen un acompañamiento especial para soportar emocionalmente la carga. 

¿La trata de personas bajó?

-Mientras tengamos flujos migratorios tan fuertes como los tenemos, va a continuar. Quizá no es tan visible en las zonas urbanas porque hay mayor control, pero si vamos a las zonas rurales, podríamos tener una foto más vistosa de donde hay trata de personas con fines sexuales. Al límite de la frontera con Nicaragua, podemos encontrar galerones donde hay proxenetas explotando a mujeres, valiéndose de ese flujo de migrantes. En la frontera sur, en algunas zonas es también visible bares o lugares improvisados en donde hay trata con fines sexuales. 

¿Cuál es el antes y el después de la policía?

-En 1864 el país tenía 15 mil autoridades que velaban por la seguridad del país. En esa época de Costa Rica campesina. En 1901 había 50 mil miembros de la policía, mientras que para el 2021, el país tiene 14 mil policías. Tenemos un estamento policial muchísimo menor hoy que el que teníamos hace 157 años. Viviendo hoy la época más violenta de toda nuestra historia, con 10 veces más de la población que había en 1800. Hay una gran reforma policial que debería ser estratégica para la sobrevivencia. Nuestro antes y después tiene que tener una dosis de autoridad más fuerte. Cuando se concrete el modelo de policías locales con la generosidad de la Corte de del Ministerio de Seguridad Pública. 

¿Cuál es el faltante de policías?

-Según un estudio del ayuntamiento de Madrid, San José debería tener al menos mil policías municipales por turno, más una estructura administrativa de soporte. Según el estudio de Madrid, solo para San José deberíamos tener 4.500 funcionarios. Como eso no es posible, creo que nunca va ocurrir en nuestras condiciones actuales, la meta institucional desde el 2016 fue de mil policías, es decir una cuarta parte de lo que se ocupa. Esa meta institucional ha estado siempre separada de lo posible por los temas económicos. El objetivo es tener mil policías municipales para 2024. Ahorita somos menos de 400, que cuando los parte en los horarios lo que tenemos son menos de 100 policías. 

¿Cómo se organizan?

-Tenemos la determinación de no decirle que no a ningún problema, entonces tenemos que ir ordenando. Nos ven haciendo despliegue preventivo, operacional, haciendo colaboración con OIJ en actividades de represión. 

Colaboramos con Fuerza Pública en los megaoperativos, con Tránsito en el control vehicular, más los temas urbanos, creo que estamos al máximo. 

¿Qué otros servicios brindan?

-Hay un equipo de Policía Municipal que es un equipo táctico que tiene un sub equipo que es de control de perros peligrosos. Frecuentemente, algunos objetivos cuando la policía judicial va allanar y hay animales peligrosos protegiendo el perímetro, nosotros neutralizamos los perros sin quitarles la vida.

¿Quién le sigue a San José en policías Municipales?

-Heredia, Escazú, cantón central de Santa Ana, cantón central de Alajuela que podría estar mejor, pero están haciendo un esfuerzo para mejorar la inversión. Garabito también está muy bien. Si verdaderamente desde el Gobierno se impulsara con la fuerza que ocupamos los cuerpos de policía municipal, se colaboraría estratégicamente en nuestro equipamiento y capacitación. Si verdaderamente pudiéramos coordinar acciones operativas de manera conjunta con los nuevos recursos que se pongan y que San José crezca, con comunidades operacionales que salgan desde seguridad pública y la academia. 

Así como que Seguridad Pública pudiera iniciar su propio proceso de transformación para que se convierta en la policía nacional de Costa Rica y la Policía de Tránsito se puede convertir en policía de caminos, creo que en ese formato podríamos tener un buen resultado. Si además depositamos sobre las policías locales el tema de prevención para que salga desde las mismas comunidades y llenamos el país de cámaras con un centro nacional de bioprotección desde donde se establezca toda la combinación operativa, simultáneamente le damos vuelta.

 

 

EXTRA DIRECTO

 

• Hobbie: Mountain Bike, gimnasio, colección de estampillas y llaveros

• Aficionado a: Club Sport Cartaginés

• Actividad lúdica: Jardinería

• Policía Municipal: Policía del futuro

• San José: Capital

• Principal objetivo: Crecimiento

• Mayor preocupación: Inseguridad

PERIODISTA: Marycruz Brenes Mejía

CRÉDITOS: Foto: David Barrantes

EMAIL: [email protected]

Lunes 20 Diciembre, 2021

HORA: 12:00 AM

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