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Opinión

Erradiquemos la violencia de nuestras vidas

Editorial

Ante la conmemoración del Día de la no violencia contra las mujeres y en medio de una crisis que golpea a todos por igual, empezamos a interiorizar que como país nos queda aún mucho por hacer, más si tomamos en cuenta que una de cada 3 mujeres ha sido víctima de este problema social que destruye a diario tantas familias. 

Si bien el mundo no ha vivido un solo día en absoluta paz y la violencia ha existido desde los comienzos de la historia, eso no implica que se repitan patrones odiosos, por el contrario, los miles de años que la especie humana ha vivido deben seguir forjando cambios.

También es importante indicar que los niveles de violencia que hay en la actualidad están rompiendo todo tipo de límites y lo peor es que las mujeres y los niños son los más afectados con las agresiones.

Debemos hacer conciencia, comprender que nadie es dueño de nadie, que vivir sin violencia es un derecho de toda persona sin distinción de su género, orientación sexual, credo religioso, estatus o nivel educativo. 

El problema es que, como lo indicaba la Fiscalía Adjunta de Género, la violencia siempre va a estar presente desde que existe una persona que desea mantener el poder sobre otras, en especial cuando se trata de mujeres. 

Cabe recordar que las conductas de violencia no solo deben ser jalones de cabello, golpes, muchas veces las cosas inician con conductas que algunos creen inocentes hasta que van subiendo de tono.  Además, cabe tomar en cuenta que muchos lastimosamente han descubierto otro tipo de violencia que muchas veces es igual de dañina que los golpes porque empiezan por dar órdenes a sus parejas como si se tratara de una empleada, en algunos casos las ignoran hasta que estos hombres logran desaparecerlas por completo, pues dejan de ser ellas mismas para quedarle bien a un sujeto. 

Es vital educar a las generaciones más jóvenes en temas como respeto, autoestima, amor sano e integridad. El valor por la vida comienza con estos preceptos.

Todas las personas tienen derecho a vivir en paz, sin miedo, a ser comprendidas y no discriminadas, a la tranquilidad en el hogar y sitio de trabajo. Nadie cuenta con permiso para agredir ni menos a socavar la dignidad humana.

La pandemia trajo consigo grandes transformaciones sociales, económicas y hasta políticas y ha dejado en evidencia la inmadurez humana, la frustración y la desigualdad, ha sido el escenario idóneo para las agresiones. 

Esto es alarmante y en medio de la crisis se invisibiliza y se subestima el impacto de lo que sucedió con la pandemia en muchas familias, se ha ignorado la realidad de miles de mujeres y niños puertas adentro. 

La pandemia ha permitido que crezca la violencia, pues nadie es testigo de esos abusos ni mucho menos se denuncian, las víctimas están viviendo, comiendo, durmiendo con el enemigo y sin posibilidades de pedir ayuda.

Nadie sabe que, a pesar de que muchos disfrutan del teletrabajo, para otros esto es toda una tortura porque se vuelve la excusa perfecta para que algunos abusadores hagan de las suyas sin que nadie se dé cuenta. 

El confinamiento debe verse como el cómplice más perverso de estas familias, pero también la falta de programas educativos que aborden la igualdad de género desde la visión de las mujeres y desde la perspectiva de los hombres. La lucha por la no violencia se ha hecho por siempre desde las mujeres, para las mujeres, con las mujeres y por las mujeres, eso es erróneo, también hay que construir nuevas masculinidades.

El ideal de alcanzar derechos básicos para las poblaciones femeninas ha venido a convertirse en un logro incuantificable, pero también en una batalla desmedida entre sexos. Hombres y mujeres se disputan la plata de la casa, los bienes, los hijos y hasta el asiento del bus. 

Si bien la historia ha evidenciado y enfatizado los hechos violentos en contra de la población femenina, desde siempre otros sectores sufren, como las personas con discapacidad, los adultos mayores y los mismos hombres. 

Luchemos todos los días por un mundo sin agresión. Todos hagamos en nuestras casas y lugares de trabajo la diferencia. Vivir sin violencia es un derecho.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Miércoles 24 Noviembre, 2021

HORA: 12:00 AM

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