Un grupo de finqueros de La Cruz, Guanacaste, y otras zonas fronterizas del norte, cuyas propiedades se extienden entre Costa Rica y Nicaragua, se alió con bandas de coyotes para que estos operen con mayor facilidad.
En un recorrido que DIARIO EXTRA realizó por la zona, se logró corroborar que muchos de los grupos de extranjeros se movilizan entre fincas cerradas, donde los dueños de las mismas les facilitan el paso.
Los terratenientes les permiten caminar a cambio de una remuneración, pues los traficantes les cobran un peaje por cada propiedad que se atraviese.
El Periódico de más Venta en Costa Rica conoció de primera mano que cada persona debe pagar hasta ¢1.000 por cada terreno que pase y usualmente los grupos de viajantes no bajan de 10 foráneos.
La Policía de Fronteras del Ministerio de Seguridad Pública (MSP) tiene conocimiento de esos nuevos métodos de ingreso de nicaragüenses y confirmó que se siguen movilizando por medio de taxistas informales, camionetas y en cajuelas de vehículos particulares hasta Peñas Blancas, donde pueden adentrarse en zonas sin monitoreo.
Este medio fue testigo de esta nueva operación de coyotaje e incluso fue posible fotografiar grupos que estaban de paso por la zona.
Al notar la presencia del equipo periodístico, incluso los presuntos traficantes sacaron sus teléfonos para grabar al fotógrafo que ya los había retratado.
Uno de los finqueros de la frontera conversó con El Periódico del Pueblo y contó que efectivamente ellos abren paso a estos grupos para evitar problemas, pues si no lo hacen, realizan invasiones forzosas sin importar el daño que causan.
Por seguridad prefirió no revelar su identidad, pero explicó que en un fin de semana por su propiedad en un solo día pasaron hasta 300 personas dirigidas por coyotes y no negó que haya recibido dinero de estas bandas.
NUEVA FORMA DE MOVERSE
Los carros siguen siendo la forma más común de moverse hacia y desde la frontera, sin embargo, los coyotes ahora también se las ingenian con motos y bicimotos con canastas para que los migrantes lleven sus pertenencias.
Para ellos es una forma más discreta de llegar hasta los otros medios de transporte que los esperan en el camino, pues van de uno en uno y se reencuentran en puntos donde no hay vigilancia para llegar hasta paradas de buses.
La Policía de Fronteras confirmó estos hechos y además indicaron que los coyotes tienen diferentes tarifas que pueden ir desde los ¢10 mil en adelante, convirtiendo esto en un negocio rentable, ya que son grandes cantidades de indocumentados los que cruzan la frontera.
Las mismas autoridades, en conjunto con los policías de Fuerza Pública de Peñas Blancas, manifiestan que la situación fronteriza es un tema difícil, sin embargo, trabajan incansablemente hasta donde alcancen sus recursos.
CULPAN A MIGRACIÓN
DIARIO EXTRA estuvo en varias oficinas institucionales para conocer detalle de las labores que realizan y cómo están haciendo ahora para frenar estos nuevos métodos de trabajo del coyotaje.
No obstante, solo en una delegación oficial nos atendieron para revelar las condiciones en que trabajan y lo difícil que es batallar con este tipo de delincuentes.
Uno de los jefes que solo se identificó como el coronel Martínez, efectivo al mando del control policial de la zona fronteriza, explicó que el tema es bastante importante y a su criterio se debe hacer énfasis en la planificación y en el poco interés que las autoridades migratorias le dan al caso.
Pese a que los oficiales a su cargo conocen cuáles son los puntos de movilización de estos grupos, asegura que no pueden intervenir porque es un tema que debe ser manejado por Migración, ya que ellos trabajan en su jurisdicción y hacen su mayor esfuerzo.
Incluso, en ocasiones cuando logran detener coyotes y los llevan a que se ejecute el procedimiento correspondiente, la mayoría de las veces se topan con la sorpresa de que los dejan libres.
“A veces es complicado porque a pesar de que hacemos nuestro mejor esfuerzo, la Policía de Migración deja libre a estas personas, por razones que no sabemos, por lo tanto, nosotros seguimos trabajando para darle a nuestro país la protección y servicio que merecen nuestros ciudadanos.
No obstante, no es criticar el trabajo de las otras entidades, ellos saben cómo trabajar”, manifestó. Asimismo, dijo: “Esto no es nuevo, tiene años de trabajarse, lo que pasa es que como buenos costarricenses que somos sabemos que nuestras leyes tienen portillos por todos lados y siempre las personas se salen con los beneficios para ellos. Desgraciadamente eso es lo que pasa en esta situación”.
RECORRIDOS
Para poder entender la dinámica de transporte de estas personas hacia el centro del país, nos dimos a la tarea de seguir un grupo de nicaragüenses desde que pusieron un pie en Costa Rica.
Pudimos ver como justo detrás de los controles policiales de Peñas Blancas, algunas personas del país vecino llegaban, tras caminatas kilométricas, hasta un muro que se encuentra cerca de las oficinas que se deben atravesar para entrar al país.
A su arribo, tiran sus pertenencias por encima del muro y seguidamente ellos lo brincan para empezar a caminar tranquilamente frente a las narices de la policía que está a pocos metros de donde los foráneos ingresan para coger buses que los llevan hasta Santa Cecilia y La Libertad, muy cerca del centro de La Cruz.
Tras seguir el bus, pudimos ver como los grupos se bajaron en esas localidades para abordar las motocicletas y carros que los transportan a diferentes zonas de Costa Rica, por lo general hasta Liberia, donde empiezan a buscar su destino final.
Según el testimonio de la dueña de un establecimiento comercial, quien prefirió mantener su identidad oculta, en medio de esta movida al notar nuestra presencia, muchos de los coyotes prefirieron huir para no arriesgarse con el traslado de los extranjeros.
Por esa razón, a la llegada del bus de la localidad, quienes venían a bordo del transporte público caminaron hasta encontrar la manera de llegar hasta su destino.
Posteriormente, cuando alcanzamos el último punto ciego, otro lugareño nos indicó que los mismos miembros de la banda habían informado que un equipo de este periódico estaba en la zona, por lo que también se retiraron del sitio.
OTRAS TARIFAS
Debido a las cifras absurdas que los inmigrantes deben pagar para cumplir con su objetivo, El Periódico de Más Venta en Costa Rica se dio a la tarea de averiguar el precio de los buses y de los taxis piratas para tener un aproximado de cuánto sería el costo de cruzar la frontera de manera ilegal, esto saldría por ¢25 mil aproximadamente.
Tomando en cuenta el recorrido, dividimos esa cifra por cada monto que desembolsan durante los viajes, el primero sería en Santa Cecilia, donde el bus les cobra ¢500 colones.
Cuando se bajan de dicha unidad, dependiendo del coyote deben pagar hasta ¢15 mil, incluyendo los peajes de las fincas.
No obstante, no basta con solo pasar la frontera, ya que para dirigirse a San José, Liberia o algún otro sector del territorio nacional los transportes públicos cobran la suma de ¢5.000 por persona.
DIARIO EXTRA se comunicó con las autoridades de la Dirección General de Migración y Extranjería para saber la posición de la institución con respecto al tema, pero por medio de su oficina de prensa manifestaron que atenderán nuestras consultas hasta hoy.
PERIODISTA: Josué Castro Chavez
CRÉDITOS: Fotos: Issac Villalta
EMAIL: [email protected]
Miércoles 03 Noviembre, 2021
HORA: 12:00 AM
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