Diario Extra - Acerca del sentimiento de culpa

Si es de esas personas que no deja de darle vueltas al pensamiento cuando comete una equivocación, es momento de gestionar un poco mejor esos sentimientos de culpa.
Cuando comete un error, un descuido, un desacierto altamente desafortunado, no falta quien dice aquello de “¡no te preocupes, de todo se aprende!”. ¡Es cierto!, sin embargo, ¿cómo lidiar con el malestar que se deriva de estas situaciones? ¿Cómo dejar de sentirse culpable tras una equivocación?
Ahora: el sentimiento de culpa cumple un importante papel de regulación social. Nos obliga a experimentar un conjunto de sensaciones desagradables para favorecer la introspección y, posteriormente, el cambio. Es decir, esta realidad emocional nos obliga a mejorar nuestra conducta para salvaguardar principios sociales, éticos e incluso morales.
Así, aunque concibamos la culpa como una realidad psicológica de valencia negativa, sentirla es una experiencia necesaria. Nos hace humanos. Nos convierte en personas empáticas. Una persona con un perfil psicopático o narcisista, por ejemplo, no sentirá el peso de la culpa en su trato dañino con los demás. Ahora bien, hay un problema evidente con la dimensión de la culpa.
A menudo cargamos demasiado tiempo con ella. El diálogo negativo tiende a alimentar su poder, a reforzar el sufrimiento y la carcoma persistente del recuerdo por ese incidente, por ese error determinado. ¿Qué podemos hacer en estas circunstancias? Lo analizamos.
Esos sentimientos de culpa: ¿son reales o irracionales?
Para dejar de sentirse culpable tras una equivocación es importante que reflexione en lo sucedido. ¿Parte de algo concreto y objetivo? Ejemplo de ello es haber traicionado la confianza de alguien. En estos casos es común sentirnos mal con nosotros mismos.
Sin embargo, hay un hecho muy común: a menudo nos sentimos culpables de realidades que no tienen mucho sentido. Por ejemplo, sentirse culpable por no ser tan productivo, brillante o perfecto como deseamos. Culpables por no satisfacer las demandas de todo el mundo, por no solucionar los problemas de los demás y darles siempre lo mejor.
Por ello, hay que reflexionar en que si lo que experimentas es culpa malsana o culpa racional. Es decir, puede que esté reforzando sentimientos negativos hacia usted mismo ante realidades que no son del todo lógicas. No se devalúe, no sea tan exigente con usted mismo o alimentará la sombra de una culpabilidad nada saludable.
Reflexione en sí, tal vez, debajo de la culpa hay otras emociones
Hay quien transita por el viaje de la vida con la sombra constante de los sentimientos de culpa. Culpa por haber fallado a muchos, por no haber logrado ciertas cosas. También por no ser lo que otros pensaban o uno mismo aspiraba. Ahora bien, debajo de ese óxido que deja la culpabilidad a modo de lustre, pueden existir otras realidades.
La tristeza, la ira o el resentimiento también son reforzadores de esta emoción. Por tanto, es importante desmenuzar cada emoción sentida y preguntarnos la razón por la que está ahí.
Valore todas las cosas buenas que ha hecho para dejar de sentirse culpable tras una equivocación.
Usted es mucho más que cada error cometido. Es sus logros, las personas que ama y las que le aman. Si pone la mirada en el retrovisor de su vida, descubrirá cuántas cosas notables ha hecho. Ahí están sus logros, ahí cada cosa hecha con bondad y cariño por los demás.
Asimismo, tenga en cuenta que no habría llegado hasta donde está sin haber cometido más de un error. Así que, para dejar de sentirse culpable tras una equivocación concreta, eche la mirada atrás y luego adelante. Atrás para recordar todo lo logrado. Adelante para avanzar con mayor aplomo, templanza e inteligencia.
Acerca de este tema, no dude en solicitar la primera cita para que podamos evaluarle al teléfono: 8872-0670 con la Dra. Morales. Facebook: Psicología Clínica y Salud.