Diario Extra - Comercio ilegal de cigarros podría esconder otros delitos

Las organizaciones dedicadas al tráfico ilícito de cigarros desde distintos países hacia Costa Rica en muchas ocasiones no solo incurren en esta actividad, sino que habría detrás una estructura criminal organizada que puede comercializar otros productos.
Los distintos cuerpos policiales nacionales han realizado varios trabajos de inteligencia que permiten dar con grupos cuyos integrantes van más allá de transportar y almacenar los cigarrillos para el consumo en el mercado nacional.
Incluso han identificado metodologías de traslado del producto que se asemejan a las operaciones de estructuras narco, un ejemplo es el uso de doble forro en los vehículos.
En tiempos de pandemia se registra un notorio incremento en el trasiego de cigarrillos, lo que puede deberse a la situación económica de muchas familias a las que se les presenta como una oportunidad, asimismo puede deberse a una mayor presencia policial en las zonas fronterizas.
Los policías que atienden estos casos aseguran que existen grupos criminales muy organizados que realizan los trasiegos en ambas fronteras, estructuras de este tipo pueden aprovecharse para el comercio de licor y drogas.
El experto en criminología Gerardo Castaing explicó que es importante comprender las diferencias entre la delincuencia organizada y las organizaciones criminales.
“La diferencia entre la delincuencia organizada y las organizaciones criminales es que la delincuencia organizada no tiene una estructura compleja, es una estructura simple, no tiene trasnacionalidad, o sea, no es internacional la delincuencia organizada, y tampoco trasciende mucho en el tiempo, generalmente la delincuencia organizada se forma y puede durar dos o tres meses y se deshacen, pero las organizaciones criminales sí tienen estructuras complejas, tienen trascendencia en el tiempo y tienen trascendencia internacional”, explicó.
El experto mencionó que en los casos de contrabando como los de cigarrillos, es necesario que se dé una trascendencia internacional y en el tiempo, pues las organizaciones permanecen y están bien estructuradas.
“Esa organización permite que esas agrupaciones sean aptas o capaces para desarrollar otras actividades delictivas que no es la que precisamente a la que se dedican, por ejemplo, en el caso de contrabando de cigarrillos, esa organización perfectamente se puede dedicar también al tráfico de drogas, porque la estructura lo permite. Se puede dedicar al tráfico de armas y se puede dedicar a la trata de personas”, añadió.
Para el experto esto significa que dentro de toda la gama se da una consecuencia que es la corrupción, aspecto al que considera se le debe prestar atención especial.
Añadió que dentro de las características de los grupos está la capacidad económica que tienen, la cual adquirieron por medio de las ganancias obtenidas y por la posibilidad que tienen de comprar voluntades de personas de interés para la organización, empleados públicos, entre otros.
Es decir, las consecuencias de las acciones criminales se ramifican y tienen contacto con otras áreas delictivas del país.
“El transporte de la mercadería es parte de la estructura dinámica de la organización criminal, entonces necesariamente deben desarrollar una serie de funciones y contactos que les permita a ellos trasladar una mercadería de un país a través de una frontera y colocarla después en el país receptor, es decir, hay todo un entramado para la distribución de la mercadería y hay una especie de carteles, organizaciones dentro del país receptor que se dedican a ubicar esta mercadería en distintos lugares para que lleguen al consumidor final”, acotó.
Inclusive puede ocurrir que una organización criminal tenga varios frentes, uno de ellos el contrabando de cigarrillos, que es un mercado de riesgo porque no cumplen con los requisitos, pueden tener un frente dedicado al contrabando de cocaína y marihuana, o bien, podría ser que por la presión policial la organización decida cambiar el producto que contrabandean.
Estos grupos deben buscar gran cantidad de colaboradores que les ayude a modificar las unidades de transporte, quienes sean conductores, personas que almacenen los cigarrillos, distribuidores, entre otros.
“Puede ser que sean personas que ya están reclutadas en la organización criminal, pero puede ser que personas por necesidad en algún momento las contacten y se dediquen ocasionalmente a servirle a la organización para distribuir los cigarrillos”, indicó.
El experto insiste en que una forma de combatir este flagelo criminal es a través de la denuncia, la cual puede ser confidencial a distintos cuerpos policiales.