1. La vida sexual de los adultos jóvenes se ha visto modificada en las últimas dos décadas debido al deterioro socioeconómico que ha vivido la clase media en la sociedad occidental y lamentablemente nuestro país.
2. Situación que ha condicionado que muchos no cuenten con los recursos para llevar una vida independiente y, por lo tanto, tengan que vivir con sus padres, con todas las limitaciones que conlleva en el área sexual y en su vida íntima. Situación que predispone a padecer diversas disfunciones sexuales.
3. Por otra parte, por un asunto estrictamente cultural en nuestra sociedad se cree que los hombres jóvenes son auténticas máquinas sexuales, entes voraces e insaciables que tienen un impecable rendimiento en la cama y que nunca enfrentan problemas sexuales.
4. Bajo esta perspectiva se entenderá que las expectativas sexuales son muy altas, el hombre joven se ve presionado a tener un rendimiento sexual impecable y tanto él como sus parejas esperan el mayor de los deleites en la cama.
5. De forma complementaria, las dificultades para conseguir o mantener la erección, la falta de deseo, la disminución en la cantidad de semen, los problemas por eyaculaciones rápidas o por eyaculaciones difíciles de desencadenar se han tildado como problemas de la persona mayor.
6. Por eso cuando un hombre joven tiene yerros en el rendimiento sexual se tiende a restarle importancia, a señalar que es algo mental, o simplemente vivencial. Así, algunos lo atribuyen al estrés, otros lo relacionan con el cansancio, y muchos señalan el ajetreo diario y las preocupaciones como las causas de sus pifias sexuales.
7. Aun cuando en algunos casos es cierto que los trajines de la vida pueden dar al traste con una relación sexual, también es cierto que la mayoría de los problemas sexuales persistentes obedecen a alteraciones estrictamente físicas producto de un problema hormonal, metabólico o infeccioso, que deben ser tratados, de lo contrario se mantendrán indefinidamente o hasta aumentarán con el tiempo.
8. Por otra parte, y aunque parezca sorprendente, muchos hombres se acostumbran o se resignan a tener un mal desempeño creyendo que no hay tratamientos o peor aún, no consultan por temor o vergüenza, pensando “¿cómo un hombre tan joven como yo va a estar fallando?”. Ante ese desconcierto, se resignan a vivir al margen del amor y la sexualidad. Recordemos que un problema sexual que se prolonga a lo largo del tiempo puede generar problemas de autoestima, seguridad, así como afectar el vínculo de pareja.
9. Por eso debemos recordar que todo problema sexual deber ser evaluado cuanto antes, tanto en jóvenes como en mayores, con el fin de corregirlo en esas etapas iniciales, momentos en que suelen ser mucho más sencillo resolverlo y en las que son menos los efectos que provocan sobre la autoestima, el vínculo de pareja y la socialización.
10. Afortunadamente hoy contamos con abordajes que nos permiten resolver la mayoría de estos problemas, aun cuando muchos consulten años después de haber empezado con las fallas sexuales.
