¿Para cuándo restricción con criterios técnicos?

Editorial

Hace poco más de un mes, dimos a conocer que se flexibilizarían las medidas de restricción sanitaria a partir de setiembre. Aun cuando muchos tomaron a bien esos cambios, de poder circular con libertad los fines de semana, en DIARIO EXTRA afirmamos que esta iniciativa era un acto más con tintes politiqueros del Partido Acción Ciudadana (PAC).

Y, después de lo dado a conocer este martes 14 de setiembre, nos damos cuenta de que con su accionar nos dan la razón, porque los vehículos podrán circular los fines de semana, otra vez, dependiendo del número final de la placa con la que cuentan. Curiosamente, las restricciones se flexibilizaron solo para que se celebraran las fiestas patrias y las famosas actividades de bicentenario.

Lo anterior nos pone a pensar que, si la situación del país estuviera tan grave como salen a pregonar en las conferencias de prensa que hacen las autoridades, entonces el showcito de drones se hubiera suspendido o el recibimiento de la Antorcha habría contado con la gente estrictamente necesaria.

Pero no, a ellos les hace falta tener público para que los alaben por la gran labor que realizan y, cuando algún tico decide decirles lo que hacen mal, entonces las autoridades encabezadas por el Presidente de la República deciden hacerse de oídos sordos.

Pero como también ocupan ganar votantes y quedar como el partido que piensa en nuestro bienestar, entonces ahora nos limitarán de nuevo la circulación... Por supuesto que tiene sentido subirse al bus con 40 personas, en vez de que se despeje la afluencia de quienes utilizan transporte público…

Además, alguien no se ha puesto a pensar que quienes disfrutan de las fiestas clandestinas lo van a hacer independientemente de si su carro puede circular o no, ¿o es que en el Gobierno son tan inocentes de pensar que una placa va a limitar a quienes van a este tipo de actividades?

Lo que muchos ciudadanos no piensan es que dichas medidas solo logran quebrar negocios, que las cifras de desempleo sigan en aumento y lo peor es que esto lleva a que más personas vivan mal, en pobreza, tanto así que a una gran cantidad de compatriotas los recursos no les alcanzan para siquiera hacer una comida digna al día.

Cuando vemos anuncios como los brindados este martes, nos parece claro que las autoridades toman decisiones arbitrarias y antojadizas, porque no hay bases científicas o por lo menos números que los respalden. Tanto que hablan de ser preparados, pero pese a eso nunca brindan datos ni estudios técnicos para sus medidas, que por cierto a los que nunca afectan es a quienes tienen sus mismos intereses.

Otro gran tema es que no entendemos cómo si hace unos meses nos vendían con bombos y platillos una vida más normal con la vacunación, a veces sentimos que vamos como el cangrejo, entonces qué es, que nadie sabe a ciencia cierta si las vacunas funcionan o por cuánto tiempo, ¿o todo esto es otra trama más del gobierno del PAC, acostumbrado a jugar con la mente de las personas y manipularlas con fines electoreros?

¿A cuál discurso le creemos los costarricenses? ¿A la diatriba alarmista, mecánica y de miedo que difunde Daniel Salas con todo el Ministerio de Salud y algunos medios alineados? ¿A las acciones del Gobierno que parecieran centrarse en incidir de manera directa para que quien resulte ganador de la convención PAC obtenga apoyo popular aprovechándose de que el oficialismo tiene la papa en la mano para dictar medidas a su antojo?

Nadie duda de la experiencia de Salas como profesional en la salud, pero en cuanto a interlocutor de Gobierno pareciera una persona sumamente oportunista, a quien le encanta venderle humo a la población con el manejo de la pandemia a su conveniencia, pues pareciera que se presta para seguirle la corriente a una Administración que quedó debiendo en reactivación económica.

Qué fácil dirigir desde un escritorio las decisiones políticas, así como lo lee, políticas, porque desgraciadamente pesan más esos intereses que los sanitarios. Los verdaderos héroes de la atención de la pandemia son los doctores, enfermeros y médicos que atienden en primera fila, desde los hospitales, que están batallando contra la enfermedad exponiendo su propia vida.

Ahora bien, los diputados pretenden aliviar a la población con el proyecto de Ley que busca rebajar el costo del marchamo al reducir impuestos a la propiedad del derecho de circulación, rubro que absorbe el 70% del costo total, pero en el Gobierno todo mundo se ha rasgado las vestiduras por este tema. Sin embargo, tampoco hacen nada para que los ticos nos sintamos cómodos porque nos saquen el dinero de las bolsas y, lo peor, con lo poco que hemos podido circular este año tampoco se vale, pues si no se dan cuenta a veces las restricciones son tan nefastas y cerradas como cuando no había vacuna ni mucho menos sabíamos a ciencia cierta con qué estábamos lidiando.

Precisamente sobre este asunto, el Ministerio de Hacienda ya salió a decir que no está de acuerdo y que, si prospera la iniciativa, el costo por pérdidas rondaría los ¢70 mil millones. Claro, pero ¿y el gasto qué? ¿Qué están haciendo para contenerlo? Lo único en que piensan es en cobrar y aprobar impuestos, más impuestos y sacarles hasta los ojos a la población, sin importarles el beneficio que esta pueda sentir ni menos dejar de repartirse el dinero a manos llenas. El Poder Ejecutivo sigue jugando con los derechos de los costarricenses, pero, si se lee entre líneas, sus verdaderas intenciones se pueden captar. No podemos permitir que se sigan suprimiendo poco a poco nuestras libertades, en especial si nos jactamos de ser un país donde se respetan los derechos de los seres humanos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Jueves 16 Septiembre, 2021

HORA: 12:00 AM