Soy una mujer en unión libre de 33 años. Tengo una relación de pareja muy inestable, en seis años nos hemos dejado más de veinte veces y volvemos porque él dice que me quiere y yo vuelvo con él porque me hace falta sexualmente. El problema es que, una vez que volvemos, pasamos peleando todo el día, discutimos por todo, él me reclama que no soy cariñosa, pero con esta “discutidera” no se puede. Claro, en la cama todo es diferente y eso es lo que extraño.
La atracción física, el cariño, el amor y todos los atributos que pueden existir en una relación de pareja son minimizados cuando no se sabe vivir. Hay gente que discute por todo, hay gente que por todo hace problema, hay gente que hace del diario vivir un calvario de conflictos y así no hay cariño y no hay relación que subsista.
Por eso, antes cuando una persona se quería casar era costumbre preguntar si la pareja era “de buen vivir”, que era una forma de preguntar si tenía un carácter afable y una forma bonita de congeniar. Hoy sabemos que esta cualidad es un factor pronóstico para la estabilidad del vínculo, y hay parejas que, sin tener grandes problemas ni grandes diferencias, viven en una constante confrontación, unos se separan para siempre, otros se mantienen juntos viviendo como perros y gatos y otros mantienen la relación con múltiples separaciones y reconciliaciones. A veces el sexo, a veces la nostalgia, a veces el cariño, motiva la reconciliación que con el tiempo da paso a una nueva ruptura.
Lo más preocupante es que si no se aprende a llevar una vida buena y armónica esta situación probablemente pasará con futuras parejas, de ahí la importancia de buscar ayuda profesional destinada a desarrollar esas habilidades que nos permiten el buen vivir.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Miércoles 04 Agosto, 2021
HORA: 12:00 AM
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