Diario Extra - Responsabilizan gobierno por corrupción y desigualdad

Las homilías por la novena a la Virgen de los Ángeles tienen tintes de fuertes críticas contra el gobierno ante los recientes casos de corrupción y la imposibilidad de generar acciones que mitiguen la desigualdad social.
Las misas en honor a la Patrona de Costa Rica, que comenzaron este viernes y se llevarán a cabo hasta el sábado 31 de julio, están a cargo de las diócesis que integran la Conferencia Episcopal.
Aunque este año no hay romería, al menos 250 feligreses por misa tienen la posibilidad de ingresar a la Basílica de los Ángeles, eso sí, con previa reservación.
La corrupción y la desigualdad social representan dos de las principales problemáticas que aquejan a la población costarricense.
Por esa razón la Iglesia Católica aprovechó estas oportunidades para recordar al gobierno el abandono hacia la población más humilde.

LLAMADOS

Monseñor Bartolomé Buigues, obispo de Alajuela, expresó su preocupación por los casos que afectaron recientemente los proyectos viales, así como la penetración del narcotráfico en la política.
“Hemos sido testigos estos días del destape de mecanismos de corrupción bien arraigados, descomunales, pero que no son más que la punta del iceberg de tantas manifestaciones pequeñas que nos enredan cada día, que nos sumen en la falsedad y la mentira”, manifestó.
Monseñor Gabriel Montero, obispo de San Isidro de El General, indicó que son tantos los connacionales que en la vida diaria, en la política, en el matrimonio y en la Iglesia desdicen con sus obras la fe que dicen profesar.
“No vemos la contradicción que hay entre una vida cristiana y un país lleno de situaciones de injusticia, en el cual la ley vale para algunos, pero no para todos; un país en el cual aparecen actos de corrupción por todas partes, propiciados por personas en altos cargos de autoridad; un país supuestamente cristiano que ostenta altos índices de desintegración familiar y muy bajos índices de nacimientos”, expresó.
Monseñor Javier Román, obispo de Limón, centró su homilía en la falta de atención a las desigualdades y que la corrupción transcendió como una bofetada en el rostro de los más pobres.
“Nuestro pueblo pasa hambre. Los efectos de la pandemia agravaron la desigualdad y la enorme pobreza que ya de por sí sufría Costa Rica. El desempleo y la falta de oportunidades determinan hoy la existencia de miles de familias en nuestro país.
Lo poco que ganan no les alcanza ni para completar una tercera comida al día. ¿Y qué vemos? Falta de liderazgo, falta de acuerdos y ausencia de una estrategia clara de reactivación económica”, sentenció.