Diario Extra - 10 puntos clave sobre el piquete y el sexo

1. En el ser humano el nacimiento es todo un acertijo evolutivo. El niño al nacer cuenta con un desarrollo cerebral considerable, razón por la cual la cabeza es grande y exige que la cavidad vaginal se distienda a su máxima capacidad. Por eso son frecuentes los desgarros vaginales.
2. En los partos prolongados, difíciles o intempestivos, ya sea por el gran tamaño del bebé o por lo estrecho de los tejidos maternos, o por una combinación de ambos, se realiza el piquete, con el fin de evitar desgarros peligrosos que puedan dañar las bandas musculares profundas que tiene la vagina.
3. Estos músculos son los encargados de mantener en su posición la vejiga, el recto, el útero, además mantienen la vagina cerrada, y son responsables del placer sexual que se experimenta con la penetración.
4. El piquete y los desgarros suelen suturarse inmediatamente después de nacido el bebé, pero en algunos pocos casos no se logra restaurar totalmente la integridad de las paredes vaginales. Con el tiempo, la mujer experimenta una serie de síntomas que le disminuyen la calidad de vida sexual y que pueden provocar cierto grado de incontinencia urinaria o problemas para defecar.
5. Específicamente en el plano sexual algunas mujeres tienen la sensación que la vagina perdió su tono característico. Sienten su vagina floja, distendida, o flácida, al punto que la penetración ya no produce esa sensación de plenitud placentera tan característica. Muchas relatan que el pene como que “entra flojo” y la vagina ya no lo talla. En esas condiciones, el miembro masculino pierde la capacidad de generarle a la mujer las intensas sensaciones de placer que provocaba antes del parto.
6. Es frecuente que además la mujer tenga cierta dificultad para alcanzar el orgasmo. Aun cuando ella trate de disimular, se hace cada vez más evidente y notorio que la mayoría de las relaciones sexuales terminan sin que ella experimente el clímax. Con el tiempo, la lubricación también se ve comprometida, la vagina está seca y las relaciones se vuelven molestas o dolorosas. Además, el deseo sexual va decayendo, precisamente porque los encuentros sexuales dejan de ser gratificantes.
7. Esta pérdida en las sensaciones, también la experimenta el hombre, quien ve que la penetración no se acompaña del grato y placentero acuerpamiento vaginal al que estaba acostumbrado. Recordemos que la vagina, gracias a sus músculos, se adosa firmemente al pene como si fuera una auténtica mano, que lo bordea en su totalidad y le genera deleite con cada embestida pélvica.
8. Todos estos síntomas suelen ir en aumento, y es frecuente que generen problemas en la relación de pareja. Con frecuencia tanto él como ella evitan hablar directamente del tema y es común que por vergüenza se retrase la decisión de consultar.
9. La buena noticia es que hoy contamos con diversos tratamientos que les devuelven a muchas parejas esa sexualidad perdida. La clave es consultar cuanto antes para evitar que la relación de pareja se deteriore.
10. Además, entre más temprano se acuda al médico, mayor es la efectividad de los tratamientos. Sirva este comentario para motivar a tantas parejas que lidian con estas molestias.