PREGUNTA: Mauricio, mi esposo no es romántico ni comunicativo, yo quiero que él cambie y hasta le he llorado, rogado y regañado, para que ya no lo haga, pero no lo logro, ¿puede mi marido cambiar esas cosas?
RESPUESTA:
- Paciente: Mauricio, vengo a consulta para que me ayude a cambiar a mi esposo.
- Mauricio: Ok, y cuénteme ¿en qué desea que su esposo cambie?
- P.: Vea, yo quiero que él sea más comunicativo, más romántico y más cariñoso con los hijos.
- M.: ¿Y alguna vez él fue así?
- P.: No, nunca, qué va.
- M.: Entonces, ¿usted quiere que él se convierta en una persona que nunca ha sido?
- P.: O sea, ¿no es posible que él cambie, entonces?
- M.: Sí, claro, todos podemos cambiar, pero ¿usted ya le preguntó a él si quiere cambiar?
- P.: Pues no, solo le he señalado en lo que debe cambiar…
- M.: Pues debería preguntarle, porque si él dice que no, hasta ahí llegó todo.
Esta conversación describe una situación que muchas esposas pueden estar viviendo con sus esposos, si el susodicho tiene una conducta que es negativa, de esas que destruyen el hogar, y se habla una, dos y hasta mil veces del tema y nada cambia, es porque sencillamente no quiere cambiar, y la esposa solo tiene dos caminos sanos, o tiene que aceptar la mala conducta de su pareja o replantear su relación.
El deseo de algunas mujeres porque su esposo cambie es muy intenso y se debe a varias razones, por ejemplo: 1) para no sufrir más con esa mala conducta; 2) para que la relación no termine; 3) porque no quiere dejar a su marido; 4) para crecer como familia; 5) ser felices. Para lograr ese cambio las esposas utilizan algunas técnicas sin ningún fruto, como reclamar, insistir en el tema una y otra y otra vez o la más antigua técnica, llorar.
La fantasía está en esperar ver un cambio cuando su pareja no lo quiere (aunque pueda), para que un cambio sea una realidad, el hombre debe pagar un precio muy alto de disciplinas emocionales, espirituales, debe leer mucho, tomar decisiones radicales, aprender, pero con el objetivo de quitar conductas negativas de la personalidad y agregar otras más sanas, también soltar posturas y actitudes que no quiere soltar, todo esto y muchos elementos más se deben hacer, el cambiar duele y uno debe morir a uno mismo para que pueda nacer otro yo, uno más efectivo.
Y si se logra un cambio viene la segunda parte, sostener ese cambio, los mismos ingredientes que se usaron para lograrlos se ocupan para mantenerlos. Así que si un esposo no tiene los ingredientes que se acaban de mencionar en el párrafo anterior, sería muy inocente creer que el cambio se va a dar y sería muy fantasioso de su esposa esperarlo.
Dejo en claro que definitivamente sí se puede cambiar y no hay duda de que si la persona sostiene ese cambio va a transformar la historia de todo un hogar. Pero el hombre debe querer y construir ese cambio.
Uno de los objetivos de este artículo es que las mujeres entiendan que esperar algo que a kilómetros se ve que él no va a cambiar, le va a lastimar, no viva a partir de pensamientos fantasiosos y confundiendo esa fantasía con esperanza y fe, vivir de fantasías le va a producir dolor en el alma, ansiedad y hasta desamor y no se trata de que la esposa viva todo esto, es más sabio trabajar a partir de la realidad y que ella misma se mida si quiere vivir con aquella conducta que le lastima y con un hombre que no desea cambiar.
*Consejero familiar
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