El contribuyente necesita cuidados intensivos

Editorial

El cierre de negocios que provoca la pandemia trae consigo inmensas pérdidas económicas para los comerciantes debido a la escasez de ingresos, estos actores económicos en su papel de contribuyentes pronto necesitarán cuidados intensivos.

Así las cosas, resulta descarado que cuando se les impide trabajar por cierres continúen viéndose obligados a pagar impuestos municipales, patentes, recibos de agua, luz o teléfono de los locales donde opera el negocio, peor aún es que deban cancelarlo como si hubieran trabajado de previo.

En la actualidad los pequeños y medianos comerciantes apenas están recuperándose de las cenizas y sus ganancias son muy bajas en comparación con lo que generaban hace 2 o 3 años. No obstante, permanecen sumidos en la zozobra e incertidumbre de que el martillo vuelva a darles un golpe devastador.

Los casos de contagios por Covid-19 no paran y ayer se registró la mayor cantidad en un solo día, con 3.173. La cifra es alta, los comercios continúan abiertos, pero siempre existe la inseguridad de que si ese número crece considerablemente, se endurezcan las medidas de cierre.

No hay duda de que resulta complicado establecer el balance entre la salud y la economía, pero es menos alentador aún el ver al gobierno actual hacer gala de su incapacidad para lograr ese sutil equilibrio.

No es culpa de los colaboradores de la salud, que sabemos que están dándolo todo para salvar vidas, que las autoridades que los comandan no contribuyan en nada con una planificación idónea para la atención de enfermos, el cuidado de recursos, así como para la distribución de las cargas de trabajo.

En cuanto a la parte económica, hay falta de un verdadero compromiso para el contribuyente que paga sus impuestos municipales al día, al igual que para aquel que busca de forma desesperada que le condonen sus deudas, eso sí, bajo una serie de condiciones.

Un proyecto de Ley que se baraja en la Asamblea Legislativa bajo el expediente 22.412 establece la posibilidad de efectuar recálculos a tarifas de licencias de patentes, al suspender la actividad comercial por periodo mayor a 20 días consecutivos o 30 días discontinuos en un trimestre.

También por el cierre de negocios por un lapso mayor a 20 días consecutivos o 60 discontinuos en un mismo trimestre o por una orden sanitaria, disminución del aforo o de la emergencia nacional existan pérdidas del 50% de los ingresos en un mismo trimestre.

Pese a todo, la Contraloría General de la República enumeró una serie de observaciones a ese proyecto de ley, los diputados que están detrás de la propuesta deberán tomarlas en cuenta si quieren que siga su camino para ser ley de la República.

Entre las observaciones que realizó la Contraloría destaca la escaza precisión sobre los tiempos para llevar a cabo el control del proyecto.

También se señala la falta de estudios técnicos y financieros que sustenten la necesidad de implementar una legislación de este tipo y los riesgos que traería para la economía y situación fiscal de Costa Rica.

En el caso de las municipalidades, sabemos perfectamente que una buena parte de su presupuesto depende de la recaudación de impuestos. Pero si estamos mal, no se le obliga al contribuyente a pagar.

Algunos gobiernos locales establecieron moratorias de pago, pero aún de esta manera los comerciantes se enfrentan a una deuda como la de un periodo regular sin pandemia, lo cual no es justo para aquellos a quienes la restricción tiene raspando la olla.

No hay duda del deber de honrar las obligaciones tributarias, pero en casos en que de verdad se justifiquen las pérdidas, establece en la balanza entre pagar los tributos y llevar el arroz y los frijoles a la casa.

Si se van a hacer proyectos que beneficien al contribuyente, háganlos bien y no por salir del paso, pues pronto ellos también van a saturar los cuidados intensivos. El contribuyente no merece que le hagan eso.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 13 Mayo, 2021

HORA: 12:00 AM