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Opinión

Era justo y necesario…

Editorial

Aplazar las pruebas FARO programadas a finales de mayo para estudiantes tanto de primaria como de secundaria era justo y necesario.

El desorden que imperaba en el Ministerio de Educación Pública (MEP) durante el proceso para llevar a cabo la aplicación de estos cuestionados exámenes era suficiente para cancelar todo, y a eso se suma la situación actual del país, tanto económica como sanitaria, de la que muchos educadores y sus familias son víctimas.

Desde el año pasado, varios sectores han mostrado su desacuerdo por la falta de preparación que tienen los estudiantes, la incertidumbre sobre los contenidos a evaluar y las fechas en que se quiere imponer estas pruebas, de hecho, la última convocatoria en las calles el pasado 19 de abril mostró ese descontento en la población que estaba en el limbo, esperando lo que podía pasar en estas semanas.

Pese a tener esas y otras razones de peso, la cartera comandada por Guiselle Cruz insistía en que los 160 mil escolares y colegiales siguieran el proceso prácticamente a ciegas, sin guía ni chance de prepararse adecuadamente, algo así como burro amarrado contra tigre suelto.

Se debe recordar que las generaciones a las cuales corresponde enfrentar este reto son muchachos que arrastran muchas complicaciones en los últimos cuatro años, pues se ha tratado de un tiempo convulso, lleno de manifestaciones contra el Gobierno, por lo que perdieron meses de lecciones.

Posteriormente hubo cierre de vías por el plan fiscal que finalmente terminó por darnos con cuchara grande, lo cual provocó ausencia de personal en los centros educativos y, para cerrar con broche de oro, un virus asoló el mundo y los mantuvo fuera de las aulas un año entero, al punto que todavía en 2021están  a medias con algunas clases.

Desgraciadamente estas generaciones no están listas para esos desafíos, el Ministerio no debería estar experimentando con “novedades” en momentos cuando los niños, niñas y adolescentes están arrancando de cero con la educación.

No es conveniente tirarlos al agua a ver si sobreviven, no están preparados y la responsabilidad no es de ellos. Tampoco se puede culpar 100% a los formadores pues muchos de ellos simplemente defendieron sus derechos en las calles en su momento y hoy por hoy están en las escuelas expuestos a una enfermedad que ataca sin compasión.

Las protestas y cierres de grupos sociales molestos tienen origen en las genialidades que salen de Zapote y el séquito que tiene la persona que nos “gobierna”.

La pandemia es solo uno de los factores actuales que dificulta llevar a cabo este proceso de evaluación, no el único como ha querido hacer creer el MEP, esto no es solo un tema sanitario, la preparación ha sido nula.

Las autoridades educativas deberían enfocarse en dar soluciones a los profesores y estudiantes para poder superar las etapas complicadas por las que se pasaron los últimos años en lugar de poner más obstáculos.

Con esto no es que se quiera dar el título a cada joven y todos felices a la casa, por el contrario, la idea es que se pueda preparar de la mejor manera a los muchachos que, aun cuando suene trillado, son el futuro del país y lo que siembren desde su educación en primaria y secundaria conformará las bases con que construyan sus proyectos de adultez, y por ahora no se les está dando los instrumentos para prepararse.

El que no se apliquen las pruebas FARO en este momento fue más un tema de presión que otra cosa y al MEP no le quedó más que escudarse en la pandemia para echarse atrás en su inexplicable insistencia.

Con ello no es que se quiera ocultar la realidad, pues hay que ser conscientes de que los centros educativos están llenos de personas contagiadas que día a día llevan el virus a sus casas y ponen en riesgo a quienes creen que bajo su techo están seguros.

El hecho de detener los exámenes era más que necesario, puesto que los maestros que iban a vigilar a los estudiantes debían cambiar de escuelas o colegios durante varios días, como es costumbre cuando se realizan estas evaluaciones, ampliando así el rango de contacto entre todos.

Es decir, era seguir tirando a la guerra, a mezclarse con más gente, a todos los involucrados.

Más que pensar en pruebas, en estos momentos críticos el Gobierno Central debería enfocarse en ofrecer internet en todas las escuelas para llevar materiales a los estudiantes, en adaptar los centros educativos para que quienes puedan asistir a clases lo hagan con seguridad y proveer a los educadores de los materiales suficientes para avanzar este año de la forma que sea, pero caminar al fin. La educación no puede estancarse, pero las instituciones a cargo deben empujar parejo y en beneficio de todos los sectores involucrados.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 10 Mayo, 2021

HORA: 12:00 AM

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