CONSULTA
Mauricio, yo y una muchacha estamos de novios desde hace un año y estamos hablando de casarnos. Nos decimos que nos queremos y nos comunicamos sobre las promesas de vivir por una vida juntos y feliz, me gustaría que me aconseje de qué cosas debemos tener cuidado y si todo esto es bueno. Gracias.
RESPUESTA
Cuando dos personas adultas inician una relación de noviazgo y están muy enamorados, se dicen y prometen entre ellos cosas hermosas y tiernas, pero una vez casados mucho de eso quedan en el olvido y en el incumplimiento.
Algunos ejemplos son: Nunca te voy a dejar de amar, solo a ti te deseo, nunca amaré a alguien como te amo, eres mi todo, nada ni nadie te arrancará de mi corazón, jamás seré infiel porque para mí solo tú existes, siempre te haré feliz, siempre te trataré con ternura, cada mañana de mi vida te miraré a los ojos como si fuera la primera vez, te prometo que siempre te daré toda mi atención.
La mayoría de personas adultas se comportan de esta manera al inicio de la relación sin importar cuantos noviazgos hayan tenido, se vuelve a repetir el ciclo por un lado de hacer promesas y por el otro de creerlas una y otra vez, estas promesan se basan en un supuesto sobre la forma en que vamos a amar y en que vamos hacer amados por él otro por el resto de la relación, creando así una expectativa no real, por esto cuando se casan se crean muchos pleitos, reclamos y dolor por no cumplirlas.
El problema está en el acto mismo de que ambos se estén prometiendo cosas muy difíciles o imposibles de cumplir durante toda una vida. Cuando están muy enamorados y las pasiones y emociones los invaden creyendo que esas promesas de fantasía son reales. Debe tomarse en cuenta que el enamoramiento no dura más de un año y medio, por lo tanto, las emociones y pasiones en este tiempo no son confiables, ya que cuando baje el enamoramiento también lo harán las promesas y frases hermosas que prometieron una vida de cuento de hadas.
Otro factor está en lo que usted y el otro cree, sé que en esos momentos de amor todo lo que se dice es con sinceridad, buena intención y creemos que es verdadero, pero no es así, y por el otro lado en lo que la otra parte cree es inocente pensar que siempre me va a mirar con ternura o que siempre me va a entender.
No es maduro ni sabio ni menos es sano creer que todo lo que prometimos y que todo lo que nos prometieron será real y eterno, tanto por el que hizo la promesa o como por el que la creyó. Puede ser que se cumpla por un tiempo y se vaya difuminando con el tiempo o que de todo el cien por ciento de lo que se prometió se cumpla un porcentaje muy bajo, pero todo nunca. O que nada se cumpla, pues se hizo con la intención solo de enamorar, no de cumplirlas en el futuro.
Cuando se está de novios se tiende a eternizar lo bonito que se está viviendo en el inicio de la relación, creemos que ese trato tan perfecto de nuestra pareja va a quedarse para siempre, que esas mariposas en el estómago van a ser eternas, pero la realidad es que no todo lo bello de ese tiempo se queda, y que algunas de las quedan se van a secar ya sea porque las dejamos de regar o porque simple y sencillamente solo se van, porque es natural en el ser humano ser cambiante.
Si la pareja logra superar este tiempo tan emocional donde luego pasa a la realidad y de ahí a la decepción y reorganiza la relación con base a la realidad de lo que son ellos como personas y no de lo que sienten, ni de lo que las fantasías les dicen por dónde caminar, si botan expectativas irreales que se construyeron en la etapa del noviazgo, evitarán muchos pleitos y serán una relación con un amor maduro y funcional.
*Consejero familiar
Citas y charlas
Teléfono 8352-5000
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Mauricio Mora*
EMAIL: [email protected]
Lunes 10 Mayo, 2021
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA