Este Gobierno nos tiene acorralados

Prof. Julio Vindas Rodríguez

Parece mentira que las peores pesadillas que podríamos haber esperado de este des-gobierno de Carlos Alvarado se hallan convertido en una tenebrosa realidad, este pobre país ha terminado pisoteado, ninguneado, manipulado, enceguecido por la voraz rapiña de los políticos de turno, y que lo han empujado irremisiblemente al abismo de todas las desgracias. Mientras, en estos momentos de “efervescencia electorera”, los oportunistas de siempre ya preparan su “circo de precandidaturas” buscando “encaramarse” de nuevo en el poder, aunque muchos de ellos (algunos inútiles, irresponsables e inoperantes) nunca hicieron ¡ABSOLUTAMENTE NADA! por este confiado pueblo, cuando ejercieron cargos de poder en pasadas Administraciones.

Ciertamente a mí en lo personal me causa una “rabiosa indignación” ver cómo estos “farsantes con corbata” hasta se han aprovechado de una “exacerbada pandemia” para controlar a la ingenua gente, para limitarles su DERECHO INALIENABLE al libre tránsito, para tenerlos encerrados, “calladitos” y sin derecho a reclamar ni protestar contra el desalmado desmantelamiento del ESTADO SOCIAL DE DERECHO, que estos sinvergüenzas sin escrúpulos, sin conciencia y sin una pizca de humanidad han estado perpetrando contra Dios, contra la Patria y contra la misma ciudadanía que los eligió como sus representantes; por eso se construyeron ese “búnker” blindado a la transparencia y a la Vida, al que tienen el descaro de llamar “Asamblea Legislativa”, por eso se andan escondiendo, porque son conscientes de su propia ignominia.

Dese usted solo una vuelta por San José y notará una enorme cantidad de patrullas y policías con actitudes altaneras, incluso la misma policía municipal que, bajo el pretexto de “cuidar a la gente”, más bien la anda intimidando, reprimiendo, y “solapadamente amenazando”, (¿órdenes desde “arriba”?). No sé si ha notado los parques cerrados, esos espacios públicos de esparcimiento, (¿temor a la convocatoria ciudadana?), mientras en las calles son un hervidero de gente; hombres y mujeres, niños y abuelos, indigentes de toda índole; ¡todos apiñados! Todos “acorralados en un miedo inexistente”, promovido por este gobierno de turno, que ya ni se molesta en controlar a la ciudadanía, pues ya logró echarnos a “pelear todos contra todos”, y a controlarnos entre nosotros mismos (y esto es evidente con el uso “de la tal mascarilla”).

Y mientras tanto, las obras de infraestructura (sobre todo vial) se quedan a medio terminar, la UNOPS hace fiesta con contratos multimillonarios, Recope nos sigue garroteando con aumentos en la gasolina, en todas las Instituciones del Estado la corrupción se ha convertido en “un deporte de lesa inmoralidad”, y los diputados insisten en aprobar tan rápido (como patada de loco) la tal ley del salario único, que terminará convirtiendo este país en un “paraíso de la esclavitud” (mano de obra barata y trabajadores “muertos de hambre”) al servicio de las oligarquías de este país.

Y por último, y quizás lo más grave de todo, -y que al parecer nadie se está dando cuenta- es que con el cuento de la pandemia nuestro maravilloso sistema de salud pública (que hasta ahora había sido nuestra CCSS) está siendo socavado y va rumbo a la privatización, y lo estamos viendo cuando en estos momentos se están acrecentando y dilatando las listas de espera en todos los hospitales de la CCSS bajo la premisa de que el Covid-19 es la prioridad. La pobre gente está siendo abandonada “a la buena de Dios”, sin derecho a cirugías, con citas (si es que se las dan) hasta con dos o más años de plazo, o sea, están “espantando a la gente que no quiera morirse” a caer en las “garras de la medicina privada” -si la puede pagar-, y los pobres que se mueran esperando, ¡porque a ninguno de los “jerarcas” de la CCSS les importa un bledo!

Me duele hasta el tuétano, hasta las fibras más sangrantes del alma, este pueblo adormecido y resignado, incapaz de reaccionar, y ahora también “embozalado”, amordazado, “enmascarillado”, recluido en su propio miedo, y que el próximo año saldrá de nuevo a votar por otro filibustero igual o peor al que tenemos en la actualidad… y así todo seguirá igual, en este Macondo que llamamos Costa Rica, y el cual muchos dicen que es “¡EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO!”.

*Poeta y músico

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Martes 13 Abril, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Prof. Julio Vindas Rodríguez