El rectocele es el nombre científico que se utiliza para designar la condición en la cual el recto desciende por la cavidad vaginal. En el ámbito popular se habla de que el “recto se cae”.
En las etapas iniciales la mujer no suele tener molestias, o estas son vagas o inespecíficas, sin embargo, conforme avanza el cuadro se presentan múltiples manifestaciones como la sensación de plenitud vaginal, que es descrita como si una masa blanda estuviera llenando la vagina y en las etapas tardías se siente como si esa masa se saliera por el orificio vaginal, situación que se acrecienta con la maniobra de pujo al defecar.
En las fases avanzadas la mujer necesita meter los dedos a través de la vagina para poder defecar. Cuando el recto ha descendido demasiado, se sale parcial o totalmente, al exterior a través del orificio vaginal, con pequeños y medianos esfuerzos y se observa a simple vista como una protrusión rosada.
La defecación además de difícil puede resultar dolorosa, y es común además que se presenten problemas rectales como hemorroides, fisuras anales, y en algunos casos hasta cuadros infecciosos en el recto.
Recordemos que el recto se encuentra por debajo de la vagina, de forma descriptiva podríamos decir que parte del “piso” de la vagina es precisamente el recto, el cual está revestido por unas bandas musculares, en forma de hamaca, que lo mantienen en su lugar. De tal forma, que todo aquello que dañe estos músculos puede provocar que el recto descienda y se caiga.
Por eso entre los factores causales, sobresalen los partos difíciles, ya sean los partos intempestivos, los partos prolongados, los partos traumáticos, así como la utilización de los fórceps, que pueden provocar desgarros musculares que dañan la estabilidad del recto.
Juega un papel muy importante el estreñimiento por largos años, asociado a intensas y prolongadas maniobras de pujo, que desplazan el recto hacia abajo. También se ha descrito que la tos frecuente, característica de ciertos fumadores y de enfermedades como el asma, el enfisema, y diversas alergias, agrava estos problemas del recto.
De igual manera, realizar grandes esfuerzos laborales o deportivos, como levantar pesas, o realizar fuerzas en el ámbito laboral propician el descenso rectal. Además, se han citado el sobrepeso y el sedentarismo como factores contribuyentes.
Es importante señalar que las relaciones sexuales no provocan la caída del recto, más bien pueden ayudar a disminuir la progresión del cuadro. Merece mención especial el sexo anal, del que se dice popularmente que daña la zona rectal, sin embargo, debemos ser claros en señalar que no produce descensos rectales.
La buena noticia es que hoy contamos con numerosos tratamientos, que son muy efectivos para tratar el rectocele y para los casos más avanzados se cuenta con diversas cirugías que son muy efectivas y seguras. Desde luego, las diferentes medidas terapéuticas son más efectivos en las etapas iniciales de tal forma que lo recomendable es que el paciente consulte apenas se percata del problema.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Lunes 12 Abril, 2021
HORA: 12:00 AM
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