Jueves 28, Marzo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Los lamentos de un exfiscal

Lic. Gonzalo Fajardo Lee*

Hay “héroes” de barro que con el tiempo muestran que están hechos de lodo y su soberbia, su cinismo, o en el mejor de los casos su falta de memoria, los delata. Las declaraciones del exfiscal y sus denuncias sobre las irregularidades en un juicio en el cual actuó como simple defensor distan mucho de su actuación cuando le tocó presidir el Ministerio Público.

Sus reclamos suenan vacíos y contradictorios a todo aquello que hizo cuando, como Fiscal General, tuvo la oportunidad de “reeducar” al Ministerio Público, pues conocía de antemano los problemas que lo afectaban. Recordemos que siendo Juez del Tribunal Penal Superior en una ocasión dijo lo siguiente:

“Policías y Fiscales emprenden investigaciones violatorias de Derechos fundamentales. Los jueces bendicen el abuso y los defensores, por omisión, son cómplices de todo porque no acuden a las instancias internacionales de Derechos Humanos. El fenómeno intra-sociológico del Poder Judicial es grave, pues termina aplicando la ley en función del corporativismo-gremialismo y no en razón de los Derechos Fundamentales”.

Entre los argumentos que presentó la Fiscalía ante el tribunal se dijo que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) había sufrido daño en su patrimonio con la compra de los equipos médicos a Finlandia, por cuanto estos eran de mala calidad e innecesarios, se habían comprado en exceso y con sobreprecio. En su momento se presentaron las pruebas de descargo que desmentían estos argumentos, pero estas fueron rechazadas ad-portas por los jueces. Años después, seis Jueces Superiores Penales fallaron unánimemente dictaminando que lo argumentado por la fiscalía en el Juicio Caja-Fischel no respondía a la verdad. Los estudios actuariales de la misma CCSS dictaminaron no solo que no había daño patrimonial contra la Caja, sino que los equipos habían sido adquiridos a un precio menor del mercado, que eran de la más alta calidad y que todos estaban instalados y funcionando.

Hoy, el exfiscal retoma su postura contra el Ministerio Publico y pide con vehemencia que la Corte Suprema de Justicia intervenga al Ministerio Público por cuanto la Fiscalía, cito: ... “ofrece testigos falsos, un Ministerio Público que pone a su fiscal a mentir como testigo”. ¿Será que olvidó que durante el Juicio Caja-Fischel también se recurrió a uno de sus fiscales, en este caso se le nombró juez por ocho días para dictar un fallo en contra de uno de los imputados, para de inmediato reincorporarlo a su plaza en propiedad como fiscal? Lleva razón el exfiscal de estar molesto, no se puede ser juez y parte, ayer y hoy la objetividad quedaría comprometida, solo que ahora... ¡afecta a su cliente!

Se lamenta que “lo que ha quedado muy claro es que no es objetivo” refiriéndose al Ministerio Público, ¿será que la memoria le es corta y olvidó que la fiscalía pidió 4 años de cárcel para quien había ganado 8 millones de dólares y además había repartido dinero entre funcionarios públicos, y 25 años de cárcel para quien había cobrado medio millón en honorarios profesionales?

Se desgarra las vestiduras por cuatro semanas de “arbitrariedades” y se olvida de las violaciones y las arbitrariedades cometidas bajo su mando durante 9 meses del juicio Caja-Fischel, más los años que duró el proceso. Arbitrariedades que fueron denunciadas, como que el expresidente no fue intimado de acuerdo con lo dispuesto por la Convención Americana de Derechos Humanos, o que se le juzgó dos veces por los mismos hechos, o que se atentara contra su vida mientras era trasladado a toda velocidad en las “perreras” de la OIJ, lo que obligó a trasladarlo a un hospital donde quedó internado.

Será que en su tiempo como Fiscal General no se consideraba una arbitrariedad que se abrieran ilegalmente las cajas de seguridad del expresidente y su familia en un banco del Estado o que mantuvieran privado de libertad por más de un año a un ciudadano, sin que se presentaran cargos y hacerlo 30 meses después de su detención. Intervenir los teléfonos sin una orden de un juez es ilegal, sin embargo, los teléfonos de toda la familia fueron intervenidos sin orden judicial; da la impresión que en ese entonces los Derechos Humanos no eran prioridad del jefe del Ministerio Público.

En aquella misma ocasión, como integrante del Tribunal Penal Superior decía la siguiente afirmación: “... regularmente los integrantes del órgano requirente utilizan prueba ilícita obtenida por la policía, pero los jueces no se atreven a anularla por diversas razones entre ellas la amistad con los policías y fiscales que la procuran...”. Una valiente denuncia que se aparta de su actuación cuando en el Caso Caja-Fischel, el mismo Fiscal General abrió personalmente una prueba proveniente de Panamá sin la presencia de un juez, como lo exige la ley. La prueba no solo NO fue anulada por el Tribunal pese a la irregularidad, sino que los documentos presentados ante el tribunal por parte de la fiscalía contenían más folios de los que se habían registrado originalmente en Panamá.

Coincido con el exfiscal que “...mientras siga así todos, absolutamente todos los ciudadanos de este país, estamos en riesgo” y que desde la fiscalía se mandan mensajes maniqueístas que pretenden invalidar a todos los demás y erguir a los fiscales como los únicos que poseen la verdad. ¡Por supuesto que esta no es una Fiscalía “objetiva e imparcial”! No lo fue en su tiempo ¿por qué pretender que ahora lo sea, si no hizo nada por cambiarla?

En cuanto a los testigos, el exfiscal pone en duda su veracidad y afirma: “Así no podemos impartir justicia. Lo que diga la testigo, no se puede aceptar como un artículo de fe.” Como tampoco se podría aceptar que a falta de testigos que le favorezcan, se recurra a la figura del Testigo de la Corona, que no es otra cosa que un testigo protegido, a quien se le ofrece impunidad procesal a cambio de que su testimonio permita la condena de otros imputados, y el comiso del dinero producto de la actividad criminal.

Lo relevante en este caso es que el Testigo de la Corona es quien ideó, planeó y obtuvo la mayor ganancia, además, ya se había vencido el plazo para que la Fiscalía le pudiera ofrecer un trato. Tras varias reuniones con los miembros de la Fiscalía en las oficinas del Ministerio Público y previa negociación, los fiscales llevaron al estrado a quien tuvo a su cargo todo el Proyecto Caja-Fischel; y es quien obtuvo y retuvo ganancias millonarias, para testificar exactamente lo que necesitaba la fiscalía para inculpar al expresidente. No se puede creer en un testigo como artículo de fe, pero sí es fiable el testimonio de un testigo que negocia su impunidad y la retención de sus bienes. Un criterio interesante para impartir justicia.

Los lamentos y los reclamos del señor exfiscal serían innecesarios si, en su momento y con el poder que se le otorgó, hubiera reeducado al Ministerio Público. Decían los Romanos: “no llores como niño, lo que no supiste defender como hombre”. 

 

*Abogado defensor particular del expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier. 

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 10 Abril, 2021

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Lic. Gonzalo Fajardo Lee*

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA