Una relación nunca debe comenzar con estos tres ingredientes a mencionar o seguir (si es que por desgracia ya las tienen), ya que estos funcionan como un cáncer para el matrimonio, se los come poco a poco hasta destruirlos.
1.Expectativas: Las expectativas nos quieren reglamentar o dictar “el cómo debe” comportarse mi pareja en su rol de esposo(-a), es normal tenerlas y creo que en algunos casos siempre estarán ahí, pero cuando se vuelven la base del matrimonio son negativas y producen daño y dolor a la relación.
Estas resultan fatales y hay que botarlas a la basura, se construyen desde la niñez, por eso muchas de ellas son irreales y caprichosas, le cambio las expectativas por metas, donde ambos puedan trabajar como una verdadera pareja para cumplirlas.
2.Lista de peticiones: La pareja no es Santa Claus, ni el genio de la lámpara, ni un hijo, ni un empleado, por lo tanto él o ella NO tiene la obligación de cumplir o llenar los deseos o moldes que el egocentrismo del otro ha construido y creado. Le cambio las peticiones por la aceptación de su pareja, se trabaja mucho mejor cuando se aman los lados claros y los oscuros del otro.
3.Condiciones: Si hay algo que destruye una relación es exactamente este asunto, las condiciones crean estrés, colocan presión que lleva a la ira o a la depresión, minan la autoestima, socavan los sueños individuales y de pareja, producen separación emocional y sexual, entre otras muchas cosas más de índole negativa.
Le propongo sustituir esas condiciones por la actitud madura de trabajar con las realidades diarias que se dan en toda unión, trabajar con la su personalidad real y la de su pareja y así construir un matrimonio más real que resuelve los problemas que se presentan día a día y etapa tras etapa.
Ahora, ¿por qué las personas llegan a una relación a colocar expectativas, lista de peticiones y condiciones?
Toda esta situación lo provocan tres cosas básicas, una de ellas es que la persona venga a la relación con una cultura familiar donde sus padres vivieron de esta forma enfermiza y se repite el patrón, otra por tener una personalidad controladora o ansiosa, y la tercera es que la persona esta tan enamorada que no quiere perder su relación ni el sueño de tener una familia y trata de asegurarla o amarrarla de esta forma tan inadecuada, produciendo al final todo lo contrario, o sea un desastre.
Los resultados de las relaciones con estos tres ingredientes terminan convirtiendo una relación en algo tóxico donde se desarrolla un juego enfermizo entre ambos, donde uno gobierna y el otro permite que lo gobiernen, mi abuela decía que esta tan enfermo el que pega como el que se deja pegar. Los dos ocupan trabajar en su personalidad y su relación.
*Consejero Familiar
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CRÉDITOS: Dr. Mauricio Mora
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Miércoles 07 Abril, 2021
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