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Opinión

De la igualdad a lo absurdo

Editorial

Las luchas sociales se pelean con convicción y actitud de querer mejorar la vida de cada una de las personas con las que se comparte este mundo, y estas cuando son justas se defienden y aplauden una vez que se logran victorias a favor de una mejor convivencia.
Sin embargo actualmente se ejecutan acciones con la máscara de la igualdad, sin analizar el entorno completo o las consecuencias finales de esos hechos, pues normalmente algunas de estas decisiones se toman con el hígado y con un sesgo absurdo para favorecer solo a una parte, sin importar si se afecta a otras.
Para ser específicos, en la Asamblea Legislativa se aprobó en los últimos días un proyecto de ley para ampliar el espectro de castigo a personas que cometan delitos contra las mujeres en el seno de la convivencia en pareja, lo cual es prudente estudiar con lupa para entender cuáles son los objetivos.
Algunos están más que justificados, pues se entiende que algunas conductas no eran penadas adecuadamente o quizás había vacíos legales para escapar de condenas más fuertes.
Las agresiones y muertes de mujeres deben parar sí o sí, pero en este mismo proyecto aprobado hay líneas que rayan con los límites de la lógica y que incluso ponen en riesgo a muchos hombres que podrían enfrentar causas penales injustamente.
El artículo 25 de la Ley 8.589 de Penalización de la Violencia contra las Mujeres señala la sanción de 6 meses a 2 años a quien “ofenda de palabra en su dignidad o decoro a una mujer con quien mantenga o haya mantenido una relación o vínculo de pareja, sea matrimonial, unión de hecho, noviazgo, convivencia, de no convivencia, casual u otra análoga, aun cuando medie el divorcio, separación o ruptura”.
Es ese apartado algunos especialistas en la materia dieron su punto de vista y tachan el artículo de desigual y discriminatorio, pues la tan venerada igualdad en este caso desaparece al penar únicamente a hombres por la comisión de este delito.
Es decir, el hombre que ofenda a una mujer, sin importar el estado de la relación entre ambos, podría ver los barrotes desde adentro; pero si es una mujer la que humilla al hombre, simple y sencillamente se tramita el caso como una contravención, la cual se penaliza con días multa.
Hay mucha diferencia en las sanciones para el mismo hecho, pero aquí nadie levanta banderas de desigualdad, opresión y hasta de machismo asesino, como es común escuchar y ver en algunos grupos radicales.

Desde cualquier óptica el hombre tiene una desventaja ante esta ley porque no hay especificaciones sobre lo que son las ofensas y queda abierto a interpretación de quienes tramitan las denuncias si la norma aplica o no, sin importar si fue una simple discusión por una diferencia de la convivencia en pareja o si hubo realmente algo más que afecte la integridad de la persona ofendida.
En muchos de estos casos es la palabra de la mujer, que usualmente denuncia, contra la del hombre, y como es conocido, la de este último no tiene valor en algunos juzgados.
Gilbert Gómez, exjuez de familia, es uno de los expertos que analizaron el proyecto y fue contundente al explicar que con esta legislación se abre un portillo peligroso porque la medida de prisión estaba exclusivamente para delitos penales o pensión alimentaria.
El criterio que divide es sobre los noviazgos, pues una pareja que tenga días de salir ya está incluida en la legislación de “ofensas”, sembrando temores o predisposiciones en hombres que prefieren evitar un problema o ir a la cárcel por una mala interpretación o por encontrarse con alguien con la intención de verlo solo para causarle un daño.
Es en estos momentos de genialidad uno espera que figuras políticas que se dejan decir de todo sobre violencia de género reaccionen, o bien los que comulgan con la idea de no encerrar a nadie sin importar el delito y liberaron reos en los últimos años.
Estos defensores de los derechos humanos son muy convenientes y acomodaticios. Cuando no se ajusta a lo que ellos piensan sacan las uñas, pero para defender a los hombres los derechos humanos no existen, la igualdad menos y la discriminación toma otra cara.
Si se quiere igualdad las leyes deben ser parejas. No se trata solo del ámbito laboral, de convivencia o en la calle, es un asunto integral que se debe trabajar para todos por parejo.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Jueves 25 Marzo, 2021

HORA: 12:00 AM

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