Soy un hombre de 29 años en unión libre. Mi pareja quiere tener un hijo y yo no por la situación económica, pero sospecho que no usa anticonceptivos, aunque me dice que sí. Tenemos relaciones los sábados y domingos porque yo trabajo fuera de San José. Antes de las relaciones me masturbo dos veces para que el semen no sea tan fuerte. He leído que, al masturbarme antes, evita en cierta manera que yo la embarace.
Desde el punto de vista fisiológico, el semen pierde parte de su capacidad de fertilizar o embarazar cuando se dan eyaculaciones repetidas, es decir, el semen más fértil es el que sale en la primera eyaculación y en las subsecuentes va disminuyendo tanto la cantidad como la calidad de los espermatozoides, sin embargo, la posibilidad de un embarazo siempre está presente.
Desde el punto de vista dinámico, procurar un embarazo, de manera furtiva, sin enterar a la pareja, representa una afrenta muy grande para la relación. Traer un niño al mundo tiene que ser ante todo una decisión compartida, un deseo de ambos, un proyecto de vida. Una decisión unilateral mina la confianza entre ambos y puede poner en riesgo la estabilidad del vínculo.
Por eso, más que optar por estrategias para disminuir la posibilidad de un embarazo, se debe propiciar una conversación sincera, y profunda destinada a que ambos puedan llegar a un acuerdo sobre el momento idóneo para optar por un embarazo, bajo la máxima que si uno de los dos desea postergar esta decisión se debe respetar su parecer.
Recordemos que el temor a un embarazo puede generar diversos problemas sexuales, siendo los más comunes los cuadros de impotencia y la pérdida del deseo sexual. Por eso nunca debemos olvidar que “hablando se entiende la gente”.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Sábado 06 Marzo, 2021
HORA: 12:00 AM
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