Aquel primer gol es un autogol

Jackson Chinchilla Araya

La Libertad 1 (autogol de Carlos Alfaro)-Gimnástica Limonense 0. El 3 de julio de 1921, La Libertad recibe a Gimnástica Limonense en su cancha de La Sabana.
Hay gran expectación ante el juego inaugural del primer torneo federado de la Liga Nacional de Fútbol.
Los caribeños habían llegado en tren con algunos elementos de primeras y segundas divisiones para completar su nómina y ante unos mil quinientos espectadores capitalinos, muchos suponen un marcador alto con juego fácil para los libertos, pero no es así.
Desde el principio el juego es de dominio capitalino y control caribeño y justo cuando está por finalizar el primer tiempo se viene el lance más polémico: el goalkeeper limonense Carlos Alfaro apaña el balón y ante la arremetida de los forwards libertos se da vuelta debajo del marco con la bola entre manos y pecho, traspasando la línea de gol de su propia meta.
La confusión es total entre los espectadores, porque al ser el minuto final de la primera mitad y apreciarse al fondo al árbitro Juan Bonilla a la defensiva con los jugadores visitantes, no comprenden si ha pitado bola al centro o fin de las acciones...
En efecto el primer tiempo ha terminado con anotación concedida a La Libertad, por eso la discusión de los gimnásticos al reclamar la carga y el alevoso empellón sobre su guardameta para terminar siendo metido dentro de su casa con la bola entre sus manos.
La segunda parte transcurre sin mayor alteración en un juego criticable para los decanos: solo un gol de local hecho por el portero limonense a pesar de que los decanos hacen 12 tiros directos en el juego.
Los caribeños apelan el match de liga días después exigiendo su anulación, pero el Tribunal Supremo rechaza la interpelación y ratifica el 1-0.
Los primeros dos puntos del torneo se dan merced a un gol tremendamente polémico en la historia de nuestro fútbol.
El periódico La Prensa narra detalladamente lo que realmente pasó al final del primer tiempo. Un extracto de este artículo señala: “Pero resulta que el goal (portero) por lerdo, por temor o nerviosidad, o por lo que se quiera, se dio media vuelta con la pelota en las manos quedando de espaldas a la cancha. Con este movimiento la pelota entró a la casa y el gol estaba hecho, aunque aquella no se desprendiera de las manos del jugador”.
El Periódico La Mañana publica las estadísticas del partido, con el autogol en el primer tiempo.
Y si buscamos más periódicos de la época todos los ejemplares concuerdan o al menos no rechaza ninguno la verdad histórica de los hechos.
Todo empezó con un autogol y bastante polémico.
La historia es de todos.

*Periodista e historiador deportivo