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Opinión

Nuevo golpe a la clase media

Editorial

Ante las crisis que agobian Costa Rica, la clase media seguirá figurando como la más golpeada en el país y, lejos de dársele soluciones para que mejore sus ingresos, pareciera que siempre se busca la excusa perfecta para perjudicarla.

En esta oportunidad, hablamos del proyecto de Ley de Renta Global Dual, el cual plantea la posibilidad de que los salarios superiores a ¢683 mil en adelante paguen tributos.

En la actualidad, las remuneraciones que superan los ¢842 mil pagan renta, lo cual hace que se vea una afectación considerable debido a que la base se estaría ampliando para que más costarricenses entreguen el dinero de sus bolsillos a las arcas del Estado.

Los salarios de los costarricenses son sumamente apetecidos por el Gobierno, el cual de alguna forma siempre promueve iniciativas que le saquen la plata a los habitantes a como le dé lugar, únicamente para paliar la negligencia que muestran para contener el gasto. 

A las autoridades se les olvidó que la contención en el gasto no significa dejar de hacer actividades indispensables para las poblaciones sino ejecutar un uso eficiente de los recursos que les pertenecen a todos los costarricenses. 

Para muestra un botón: el Ministerio de Hacienda presumió y celebró la semana pasada que el déficit fiscal fuera de 8,3% del Producto Interno Bruto (PIB), cifra más alta de los últimos 40 años, solo porque el dato no fue de 9,2% de la producción nacional, como lo preveían organismos internacionales. Una completa mediocridad. 

Los salarios ya están sumamente golpeados, producto de la pandemia como para que el Gobierno se aproveche de eso y juegue con el arroz y los frijoles de la clase media. 

Observemos nada más la tabla de salarios mínimos del Ministerio de Trabajo, cuando el sueldo de un licenciado para el año 2021 ronda aproximadamente los ¢682.607, mientras que para el de un bachiller la cifra llega a ¢568.819. 

Es interesante observar cómo al mismo tiempo que ascienden los peajes, el tipo de cambio del dólar, la gasolina, los productos de la canasta básica y los materiales de la canasta de educación, los salarios mantienen un crecimiento casi nulo, de tal manera que el poder adquisitivo se ve reducido considerablemente. 

Y también cabe establecer en la balanza que hubo compatriotas a los que se les redujo la jornada de trabajo por nueve meses e incluso llegarán a un año con la aprobación de la ley que prorroga tres meses más el asunto, aparte de que muchos se vieron afectados por la suspensión de jornada y otros fueron despedidos debido a la falta de rentabilidad en las empresas. 

Pero el Ministerio de Hacienda y el Gobierno de Carlos Alvarado no piensan en eso, sino que se develan en buscar el modo de sacarles los cincos a quienes trabajan honradamente. 

Imagínese tener comprometido el salario con otras obligaciones, como el diario, el pago del alquiler, o de la educación de sus hijos, los préstamos del carro o la casa, para que encima también tengan que abonar parte de la renta… Quizá el ejemplo sea tan cercano que usted deba afrontarlo en vez de solo imaginarlo. 

Tanto que las autoridades cacarean que debemos ahorrar. ¿De dónde? Si ahora muchos raspan la olla para ver cómo sacan la plata incluso para pagar su pasaje de bus…

En algún momento prosperó la idea de que los salarios superiores a ¢500 mil pagaran un impuesto solidario cuando apenas se anunció la crisis. Resultó muy fácil para Carlos Alvarado decir que la propuesta no iba cuando se dio cuenta de que la gente no aguantaría más sacrificios a su salario recortado. 

Esperemos que el Gobierno deje de estar codiciando el salario de la clase trabajadora y, si de veras va a contener gastos, que haga lo que le corresponde en reducción de viáticos, uso de gasolina y horas extras de ciertos funcionarios gubernamentales. Eso en verdad nos ayudaría muchísimo como país.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 25 Enero, 2021

HORA: 12:00 AM

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