Tras llegar al país, un colombiano identificado por las autoridades como Carlos Sánchez Lobatón se instaló en una finca privada dentro de una zona montañosa en Jacó, Puntarenas, y desde ahí lideró una organización a la que ahora las autoridades judiciales vinculan con el tráfico local de drogas y crimen organizado.
Sin embargo, los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) les frenaron el ilícito negocio este martes, cuando realizaron nueve allanamientos con los que detuvieron a Sánchez, su esposa y otras siete personas de las 12 que se presume conformaban la banda narco.
De acuerdo con Alexander Elizondo, agente judicial del OIJ en Garabito, las incursiones policiales se realizaron en conjunto con la Fiscalía Adjunta contra el Narcotráfico y Delitos Conexos en inmuebles ubicados en localidades como Barrio Copey, Herradura, Jacó centro, Las Parcelas, así como en Santa Rita de Orotina, Alajuela, y Sardinal, Guanacaste.
En la oficina de prensa del OIJ informaron que la pareja sentimental del líder de la organización es de apellido Granja y de nacionalidad nicaragüense. Además, entre los detenidos hay otra mujer apellidada Pérez Vargas, así como seis hombres que se apellidan Núñez Monge, Yoiner Lewis, Álvarez López, Martínez Traña, Galeano Suárez y Ramírez Hernández, estos últimos tres también nicaragüenses. Todos ahora son investigados como sospechosos de infracción a la Ley de psicotrópicos.
DIARIO EXTRA preguntó en la oficina de prensa de la Dirección General de Migración y Extranjería la fecha en que Sánchez ingresó al país, pero tras consultar en el sistema informaron que no existen registros sobre su llegada a suelo costarricense, al menos en lo que va del 2020.
Asimismo, según la base de datos del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), el 25 de enero anterior el colombiano contrajo matrimonio con Granja, precisamente en Jacó donde residen.
FINCA EN MONTAÑA
Según explica el agente Elizondo, las pesquisas contra este colombiano de 47 años de edad y su grupo criminal iniciaron en octubre del año pasado, luego de que se recibiera información de que se estaban dedicando a la venta local de estupefacientes específicamente marihuana, cocaína y heroína.
Lo que más llamó la atención de la policía judicial local es que Sánchez decidió irse a vivir a una finca privada que se ubica en una pequeña montaña, en el costado este del Barrio Copey.
“En este lugar era donde se realizaba la mayoría de las ventas y era de difícil acceso. Ahí es una zona boscosa y eso les ayudaba para no ser detectados fácilmente por la policía, o bien para huir en situaciones de operativos policiales”, dijo.
Por otra parte, Elizondo manifestó que el resto de los integrantes del grupo criminal tenían funciones específicas con las que debían cumplir en las otras propiedades allanadas, como por ejemplo vender la droga, distribuirla o almacenarla.
Durante los operativos, los investigadores decomisaron evidencia importante para el caso como un arma de fuego tipo pistola, ¢1.500.000 en efectivo, $1.000, 400 gramos de aparente cocaína, 23 dosis de éxtasis, 13 dosis de marihuana, municiones para armas de fuego y un vehículo en que al parecer se desplazaba el cabecilla de la banda.
A los nueve detenidos los remitieron con un informe al Ministerio Público donde quedaron a la espera de que les determinen su situación jurídica.
PERIODISTA: Mónica Matarrita Mora
CRÉDITOS: Foto: Cortesía OIJ
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Miércoles 25 Noviembre, 2020
HORA: 12:00 AM
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