Luego de la extensa discusión en la mesa de diálogo en la que los sectores aprobaron la propuesta de vender al Banco Popular la cartera de créditos de la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape), desde esta institución aseguran que esta posibilidad solo generará problemas.
Según dijo Pilar Garrido, ministra de Planificación, la idea es que la cartera de Conape, valorada al 2019 en $400 millones, pase al Banco Popular para obtener más rendimientos, pues se estima en 0,6% del Producto Interno Bruto, además aseguró que no se cerraba Conape.
No obstante, esta propuesta no cayó bien en el personal de Conape, quienes recordaron los pronunciamientos de organismos internacionales como la Unesco, Banco Mundial y otros que reconocen que el acceso a la educación es el movilizador social por excelencia.
“Creer que la banca tradicional puede asumir el rol de Conape implica desconocer la filosofía del crédito educativo, ya que la población a la que están dirigidos estos préstamos simple y sencillamente en el sistema financiero regulado por Sugef no es sujeta de crédito, por un tema de ingresos y necesidad de aportar garantías, sin dejar de lado, que esta banca está orientada a producir utilidades y, por lo tanto, va a representar para los usuarios un costo mayor que se traduce en el pago de altas cuotas, que dificultarán el desarrollo futuro de sus usuarios”, cita una carta firmada por Efraín Miranda, secretario Ejecutivo de Conape, quien dirigió la misiva a los miembros de la mesa de diálogo convocado por el gobierno.
Añadió que la filosofía del crédito educativo consiste en prestar recursos económicos a un estudiante sin que este se vea obligado a pagar mientras estudia, sino que se le cobra al profesional una vez que finalizó los estudios.
“Los recursos prestados se pueden reinvertir para financiar cada vez más estudiantes y, por lo tanto, Conape mediante la administración de estos recursos no representa un gasto para el Estado costarricense, ya que no depende del presupuesto público para cumplir sus objetivos”, añadió.
En Conape argumentaron que son eficientes y que eso se demuestra con los números del último quinquenio, donde por cada ¢100 que reciben, ¢87,4 se destinan a préstamos para estudiantes y los restantes ¢10,7 son para gastos administrativos.
Agregan que los más afectados serían los jóvenes, pues la edad promedio de quienes solicitan y se les aprueba un crédito es 23 años; las mujeres, ya que el 60% de los créditos asignados fueron para el género femenino; los estudiantes del área rural de estrato social más desposeído, a quienes destinan el 60% de los recursos, y los pueblos indígenas, quienes ingresan directo al fondo de avales sin que tengan que aportar ningún tipo de garantía.
Zaray Esquivel, presidenta de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza (APSE), mostró su desconfianza a la iniciativa y su oposición.
“No se puede asegurar nada, podemos poner lo que sea en los proyectos y las cosas cambian, eso es lo que hemos vivido y por lo que hemos luchado y manifestado, porque siguen pasando cosas con las que no estamos de acuerdo”, dijo.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
CRÉDITOS: Fotos: Archivo
EMAIL: [email protected]
Lunes 23 Noviembre, 2020
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA