Miércoles 24, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Aparece el conflicto

Juan Luis Mendoza

Siguiendo al Padre Larrañaga, llegamos a un extenso capítulo titulado La gran desolación y que describe como “una zona oscura en la vida de Francisco, oscura por la carencia de noticias y por la cronología incierta. Esta zona se extiende aproximadamente desde 1211 a 1218”.
En resumen, a finales de 1212 emprende viaje a Siria, pero vientos adversos le impiden llegar. Algo más tarde se dirige a Marruecos en compañía de Bernardo pasando por España, pero al parecer una enfermedad le impide llegar a su destino, y sí a Santiago de Compostela. Son salidas apostólicas. Mientras tanto, la Fraternidad crece y crece por toda la cristiandad, especialmente por Italia, Francia y España. Andamos por el año 1216. Por este tiempo, con los apostolados, se fundan diversos eremitorios en lo alto de las montañas: Alvernia, Sarteano, Cetona, Montecasale, San Urbano de Narni, la Foresta, Greccio, Fonte Colombo, Poggio Bustone…
En noviembre de 1215 asiste, según la opinión más probable, al cuarto Concilio de Letrán. Nota el Padre Larrañaga que “allí escuchó Francisco que sólo se salvarían los señalados con el signo Tau, según la visión del profeta Ezequiel. Desde entonces este signo habría de ser su contraseña. Durante este mismo Concilio ocurrió probablemente el encuentro de Francisco de Asís con Domingo de Guzmán”.
Seguimos con la síntesis histórica de los siguientes años. El Capítulo de 1217 toma la resolución de enviar grupos de misioneros a tierras cristianas. El Capítulo de 1219 decide enviar expediciones misioneras a tierras de infieles, particularmente mahometanos. A propósito, advierte el Padre Larrañaga que “antes de completar sus diez primeros años de existencia la Fraternidad contaba con varios millares de hermanos”.
Y aquí está el principio del conflicto. Han llegado a ser un grupo enorme, heterogéneo, algunos desvinculados ya del origen evangélico, y todos necesitados de algo más que el propio Francisco que hasta entonces se había constituido en ley y libro de vida al estilo de su Maestro Jesucristo. Al principio son pocos y heroicos, casi todos de Asís, amigos o conocidos, marcados al modo de ser de Francisco. A los pocos años, se les juntan de toda Europa y de toda clase social, ricos, pobres, campesinos, artesanos, clérigos, doctores, “sin haber, se queja el Padre Larrañaga, una escuela de formación que unificara, al menos en algún grado, esta terrible heterogeneidad”. Y concluye, y nosotros con él, que “las normas de la vida primitiva no servían para solucionar esta complejidad. ¿Qué hacer para no traicionar o debilitar el ideal primitivo, pero, al mismo tiempo, poner un cierto orden en esta inmensa masa de hermanos a la deriva?”.
La respuesta en próximas entregas, Dios mediante.

PERIODISTA:

EMAIL:

Sábado 24 Octubre, 2020

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Juan Luis Mendoza

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA