Sao Paulo, Brasil. (AFP) - El más reciente es Robinho, aquella promesa fallida de la "seleçao" y del Real Madrid. Pero la lista de futbolistas que siguieron pateando balones pese a señalamientos o condenas por violencia contra mujeres es abultada en un Brasil que pocas veces cierra las puertas a los agresores.
"Aquí no pasa una temporada sin que haya por lo menos una noticia de un jugador envuelto en crímenes contra la mujer", dice a AFP Renata Mendonça, comentarista de SporTV y cofundadora del portal Dibradoras, especializado en coberturas de mujeres deportistas.
En los últimos años la prensa reportó varias presuntas agresiones. Dudu, Jean, Juninho, Carlos Alberto, Jobson, Valdiram, Vampeta o Marcelinho Paraíba fueron denunciados o detenidos por distintos cargos de violencia, desde golpes hasta violaciones.
Todos siguieron entrando a la cancha, así como hizo el destacado exgolero del Flamengo Bruno, que mató a su examante en 2010 y cuya historia homicida dio la vuelta al mundo. El portero actualmente ataja en el Rio Branco, de la cuarta división.
Robinho volvió a sumarse a la deshonrosa lista en su regreso al Santos, que anunció su fichaje el sábado pasado, debido a una condena en primera instancia por supuesta violación que lo persigue desde 2017. El ariete de 36 años defiende su inocencia y recurrió la sentencia de nueve años de prisión.
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