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Espectáculos

Me dejó porque soy tóxica

Todos hemos oído alguna vez hablar de personas tóxicas. Hemos buscado por internet algunos perfiles para saber si lo somos o estamos con alguien que lo es o, lo peor, fijarse si nuestra vecina, amiga, prima lo es o lo está. Esto último forma parte de uno de los síntomas de la toxicidad, que es “crear y adjudicar supuestos errores en los demás tomando ese crear y adjudicar como verdadero”, un “verdadero que nace de un juicio errado”, porque es creado sin bases sostenibles porque quien lo emite se cree poseedor de la verdad. Es fácil y ciego decirnos que al otro le pasa eso y realizar comentarios desvalorizantes sobre su comportamiento.
Ahora bien, debemos reflexionar sobre los comportamientos, más si la gente se aleja de nosotros o nosotros nos alejamos de ella. Pensémoslo, si algo nos deja esta pandemia es la capacidad de poder ayudarnos y dejarnos ayudar.

¿QUÉ PASA SI SOY YO?

Según mi experiencia y recorrido clínico puedo mencionar que hay ciertas conductas y señales de las personas que te rodean que pueden hacerte sospechar que puedes ser una persona tóxica para ellos. Señales como que eviten tu compañía o no quieran discutir contigo.
Otra señal de sospecha es cuando no te dicen lo que piensan o en todo te dan la razón porque te tienen miedo. Por otra parte, son personas inseguras, con una autoestima baja o controladoras, la probabilidad de que creemos relaciones tóxicas es muy alta. Vean que subrayo persona tóxica y relaciones tóxicas, hecho que desarrollaré en el transcurso de este artículo.

¿QUÉ ES?

Una persona tóxica es aquella que nos hace daño, teniendo en cuenta que hay grados diferentes de toxicidad hay personas que son molestas, otras tóxicas y otras pueden llegar a ser casi letales, emocionalmente hablando.
Por otra parte, está la relación tóxica, como por ejemplo es el caso de las parejas celosas, los padres controladores o los amigos envidiosos y perseguidores de todo lo que hacemos y dejamos de hacer. Es más, personas que no han tenido nunca una naturaleza dañina pueden acabar cayendo en uno de estos perfiles, en ambientes que son tóxicos de por sí.
Estamos hablando sobre todo de ambientes laborales con mucha presión o con expectativas irreales sobre los trabajadores. La empresa presiona a sus empleados, creando dinámicas enfermizas de trabajo, impregnándose el ambiente de desprestigio, de rumores, que impiden desarrollar al empleado su trabajo de una manera correcta y acaban impactando en éste y en su vida personal.
Algo poco hablado es que la persona tóxica puede crear relaciones tóxicas en ambientes:
A. Laborales: moobing o acoso laboral hasta acoso sexual.
B. Familiares: violencia doméstica, maltrato infantil o femicidios.
Por otra parte, tuvo un dedicado y reconocido profesor en la U, no puedo dar su nombre porque no le he pedido autorización para hacerlo, las siglas de su nombre son PC y comentaba sobre estos temas: “Cuando una persona se expresa de esta forma, su parte neurótica, se debe a que son personas que proyectan sus carencias. Creen que, proyectando el foco negativo fuera de sí en el otro, superan sus miserias y problemas, algo en lo que no es tan difícil caer en un momento bajo de la personalidad del sujeto padeciente”.
¿Ser una persona padeciente implica que es alguien que no la pasa bien siendo tóxica, pero es consciente de ello? Veamos:

SINCERARSE PARA CAMBIAR

Reconocer los errores y la parte oscura que todos tenemos no es tarea fácil, pero hacerlo es el primer paso para cambiar y conseguir una mejor versión de nosotros mismos.
Resulta muy complicado que una persona con estas características sea consciente y reconozca que es tóxico. Tendría que ocurrir una experiencia muy significativa en su vida, para que sea un punto de inflexión que provoque ese reconocimiento.
Cuando refiero a un punto de inflexión es cuando la crisis llegó al punto cúlmine: “Me dejó porque soy tóxica”, así comentaba la paciente que voy a nombrar María de las Mercedes, persona de 28 años, estaba con su novio en unión libre desde hacía año y medio. El grado de toxicidad de ella se basaba sobre la inseguridad de que la pareja durara por y para siempre.
Nunca había sido muy celosa, él le propuso que vivieran juntos para probar si podrían convivir. A ella se le presentaron vivencias de inseguridad porque no era una propuesta de matrimonio, lo cual consideraba que le brindaría seguridad en estar con alguien. Juan Pablo le proponía tener un futuro juntos, de casarse si funcionaban bien en 8 meses porque él quería tener planes de también tener familia con ella.
La cuestión que la inseguridad de ella se presenta con celos creados adjudicándole a él amor con el trato con una prima, él se alejó un poco de su prima, luego prosiguió con una compañera de trabajo, la cual era amiga de la infancia de la hermana, se apartó de esa compañera hasta que el mes 9 de la pareja ella empezó un largo recorrido de celos con diferentes vecinas.
Él ya un poco cansado, abrumado y desesperado, como ella lo comenta en su primera sesión, le solicita que consulte con su madre (la suegra de Juan Pablo) para que la guíe porque a él le parecía que era la persona que más la conocía para que no sufriese esos ataques tóxicos de celos.
Por unas semanas se detuvieron los celos y la toxicidad que producía en la relación de pareja hasta que ella estalló en otros ataques de celos severos, lo cual produjo que consultarán con un psiquiatra, este recomendó mi persona para este caso.
Así entró a realizar un tratamiento con mi persona, el novio-esposo la trajo hasta la puerta del consultorio y ella lo primero que me dijo fue: “Me dejó porque soy tóxica”.
Entre llantos logramos una relación terapéutica donde pudo encontrar las inseguridades que le genera la unión libre, que su novio-esposo estaba afectado por el cambio de su comportamiento, pero había un verdadero grado de comprensión por parte de él, solo que no había aceptación de seguir llevando la pareja de ese modo.
Porque comprender no implica aceptar, se puede vivir “comprender sin aceptar” hasta se puede vivir “aceptar sin comprender”, pero qué hermoso es darse el chance de “aceptar con compresión”
Puntualizo que es más común que cualquiera de nosotros, en determinadas ocasiones, nos comportemos de manera tóxica, influidos o no por otras personas. En este caso, es posible que seamos capaces de identificar esos comportamientos tóxicos si hacemos terapia.
En sesiones posteriores se brinda el dato, otorgado por María de las Mercedes, que Juan Pablo había pasado hacía 4 años por un proceso terapéutico trabajando sus propias inseguridades de celos. Qué importante es la salud para generar más salud.
Si eres una persona que amas lo que eres, es difícil que seas una persona tóxica, al contrario, serás una persona nutritiva para la gente que te rodea.
Esperando que este artículo sea de su utilidad y si desea personalizar más consultas sobre ello, puede contactarnos al teléfono:

*8872-0670 con la Dra. Morales
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CRÉDITOS: Dra. Ana Yendry Morales Blanco

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Lunes 10 Agosto, 2020

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