Diario Extra - Salud abre puertas a empresas inexpertas en mascarillas

En las últimas semanas se han dado discusiones, denuncias y molestias por la falta de equipo de protección personal, así como por la adquisición de materiales por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) que no son aptos para uso médico.

Pero fue el propio Ministerio de Salud el que abrió el portillo para la venta de elementos que no son adecuados para el riesgo que tiene el personal médico.

El 22 de abril del 2020 salió la circular MS-DRPIS-613-04-2020, firmada por Ileana Herrera Gallegos como jerarca a.i. de la Dirección de Regulación de Productos de Interés Sanitario y por Gabriela Infante Herrera, del área de Equipo Material Biomédico.

El documento, dirigido a empresas, personas fabricantes, importadoras, distribuidoras y compradoras de equipo y material biomédico (EMB) para protección personal señala que cambiaron la clasificación de varios implementos de clase 2 a clase 1.

“Tomando en cuenta la gran cantidad de solicitudes de clasificación de este tipo de productos presentadas ante esta Dirección, con base en los decretos ejecutivos N° 34482-S y 41387-S se les informa que los siguientes productos se clasifican como EMB clase 1, los cuales se encuentran exonerados de registro sanitario, para su importación y comercialización”, cita el texto.

En esa línea aclaran que los productos que recibieron la reclasificación son la ropa de protección desechable y reutilizable tales como batas, delantales, gorros, cubre zapatos, kimonos y similares. También las mascarillas quirúrgicas o cubrebocas de uso médico desechables o reutilizables, gafas y visores, pantallas de protección facial, mascarillas o respiradores N95 y similares de uso médico.

“Importante mencionar que, debido a una revaloración de la clasificación, se tomó la decisión de que las mascarillas o respiradores N95 y similares de uso médico, sean considerados EMB clase 1”, indica la circular.

En la directriz aclaran que no certifican ni avalan ninguno de los productos.

Añaden que los guantes de uso quirúrgico y para examinación mantienen su categoría de riesgo, por lo cual se deben registrar como equipo y material biomédico clase 2.

REGLAMENTO

El reglamento para el registro, clasificación, importación y control de equipo y material biomédico Nº 34482-S estipula en su capítulo II la clasificación de EMB.

Se trata del artículo 4º, donde señala que los implementos se clasifican según su riesgo, adoptando la escala recomendada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para Latinoamérica, que incluye cuatro clases, siendo 1 la de menos riesgo y 4 la de mayor.

La categoría se elige según el riesgo al cual se expone el paciente o el operador, se miden por el grado de invasión, el tiempo de contacto del EMB con el cuerpo, el sistema corporal afectado y sus efectos sistémicos.

El propio reglamento expresa en el artículo 7º que todo EMB debe tener un registro sanitario previo a su uso, comercialización o importación.

Pero el propio artículo brinda al Ministerio de Salud la posibilidad de exonerar ese requisito.

“Artículo 7°-Todo EMB requiere previo a su uso, comercialización o importación el registro sanitario. Aquellos EMB clase 1 enumerados en el listado anexo al presente reglamento quedan exonerados del registro sanitario. Este listado podrá ser modificado por el Ministerio de Salud vía resolución administrativa publicada en La Gaceta”, cita.

El mismo texto aclara que los EMB de clase 1 importados deben contar con una certificación de venta libre y uso del país de origen debidamente autenticado y legalizado por el consulado o la embajada de Costa Rica en ese país, acompañado de la traducción oficial en español, cuando el idioma original sea otro.

Fue así como las cuestionadas e inexpertas empresas lograron entrar en la lista de importadores de mascarillas descartables, pese a no tener experiencia en la materia.

Incluso, llama la atención que, en el caso de la propuesta de MR Comunicaciones Políticas, se presentó la documentación en idioma vietnamita o en inglés, mas no una traducción oficial al español, incumpliendo la norma.

GUARDAN SILENCIO

Pese a existir decenas de consultas sin responder por parte de la CCSS en cuanto al accionar de la Gerencia de Logística en estas contrataciones, en la institución decidieron no atender las dudas de la prensa.

La CCSS guarda silencio y evita dar explicaciones justificándose en las investigaciones que realizan la Contraloría General de la República, el Ministerio Público y su propia Auditoría Interna.

“Sobre esta solicitud en particular le comunico que, en virtud de que estas compras se encuentran en procesos de investigación por parte del Ministerio Público, la Contraloría General de la República, la Auditoría Interna de la institución, entre otros, la CCSS no se referirá más por el momento a estas investigaciones por respeto a las mismas”, respondieron mediante un correo electrónico.

Añadieron que las consultas se atendieron en una “conferencia de prensa” que fue más bien una transmisión de Facebook para la cual no convocaron a la prensa.

RESPALDO PRESIDENCIAL

El presidente de la República, Carlos Alvarado, mencionó que respalda a las autoridades de salud en el manejo de la pandemia, así como en las decisiones que han tomado para cumplir con esta tarea.

Así lo mencionó luego de que se le consultara sobre la compra irregular de 12 millones de mascarillas por parte de la Caja Costarricense de Seguro Social por un monto que asciende a $4 millones.

Añadió que respalda las investigaciones que se desarrollan en torno a esta compra fallida.

“Creo que no debe quedar piedra sobre piedra, debe investigarse todo y debe haber absoluta transparencia sobre esa compra o contratación, eso es lo que corresponde, don Román Macaya me dio un reporte oral sobre lo que había indagado hasta ese momento y está tanto la Junta Directiva como él a la espera del trabajo que está haciendo la Auditoría Interna en esa materia, pero debe ser investigado exhaustivamente y no debe quedar ninguna duda sobre ese tema, debe llegarse hasta la última consecuencia”, indicó.

Además, el mandatario comentó que, desde el inicio de la pandemia, en las instancias operativas indicó a los jerarcas que debían ser meticulosos en temas de proveeduría.

“La pandemia ha generado una necesidad de muchos insumos y de muchas compras, compras que en muchos casos se tienen que hacer por mecanismos de emergencia, les he pedido que sean particularmente vigilantes porque por un lado tenemos que tener el equipo de protección, los diarios, en el momento en que se necesitan y al mismo tiempo tenemos que hacerlo con transparencia”, dijo.

Alvarado destacó que respalda la labor de Macaya, pese a las irregularidades que se han señalado en cuanto a la adjudicación de compras de mascarillas quirúrgicas descartables.

LOS OFERENTES

La contratación urgente fue atendida por 18 empresas, dentro de las cuales la CCSS eligió a dos que ahora se cuestionan. Estas son Landergren y MR Comunicaciones Políticas.

Empresa Landergren. Propiedad del contador David Landergren, ofreció siete millones de mascarillas en $2.170.000. La CCSS debe retirar en la aduana del Aeropuerto Juan Santamaría.

MR Comunicaciones Políticas. Propiedad de la periodista Miren Martínez, ofertó cinco millones de mascarillas en $1.900.000. La CCSS debe retirar en la aduana del Aeropuerto Juan Santamaría.

HMG Investment Group ofertó siete millones de mascarillas en $2.723.000. Las entregaban en el área de Almacenamiento y Distribución de la CCSS en San Francisco de Dos Ríos.

Afalpi S.A. ofreció 500 mil mascarillas en $120.600.

Inmobiliaria La Calandria ofreció 74.500 mascarillas descartables en ¢16.837.000.

Grupo Unihospi ofreció 260 mil mascarillas en $93.600.

Aceqsa ofreció 600 mascarillas quirúrgicas en ¢8.319.000.

Coalición Automotriz Coauto ofreció 5.200.000 mascarillas en $1.716.000.

Uniformes Eleganzza ofreció 160.000 mascarillas en ¢46.400.000.

Rebeca Fernández ofreció 350 mil mascarillas médicas descartables en $148.750. También ofertó 450 mil en $191.250.

MJS Servicios ofreció 2 millones de unidades con costo de $0,45 cada una.

Advance ofreció 150 mil mascarillas en $79.500.

Dacor ofreció 85 mil mascarillas en ¢33.577.550.

Equimedca ofreció 35 mil unidades a $0,58 cada mascarilla.

Improa S.A. ofreció 98 mil mascarillas en ¢36.750.000.