Jugaremos, jugaremos sin parar…
Prof. José Pablo González Rodríguez
María Montessori decía: “El niño aprende jugando”; Freud decía: “El niño aprende observando”; Jean-Jacques Rousseau decía: “El niño nace bueno, la sociedad lo corrompe”; el benemérito de la Enseñanza Patria, Prof. Luis Felipe González Flores, decía: “Cuando me aproximo a un niño, dos sentimientos renacen, el primero la ternura que muestra y segundo el respeto por quien a de ser mañana”.
Un niño nacido en un hospital capitalino, que apenas gatea, trata de levantarse, al ponerse en pie, pierde su equilibrio y cae por una bola de la tricolor mal atravesada aparentemente, al caer, llora intensamente… Lágrimas, mocos, pucheos. Un familiar se entera y corre a tomar la bola y pegarle: Bola tonta, pao, pao. Al día siguiente vuelve a ocurrir lo mismo. El niño deja de llorar por arte de magia y una sonrisa se le ve de lado a lado. ¿Quién tuvo la culpa la bola o el niño al perder el equilibrio? Esta historia nos demuestra el grave error de la humanidad en echar la culpa a los demás de nuestras propias responsabilidades.
La pandemia parece recordar el juego tradicional de niños, elija usted el juego:
Esto es un juego de ping pong, uno le lanza la pelota al otro, el empleador del sector privado señala al sector público, el sector público al gobierno, el gobierno a la problemática mundial.
Parece que es jugar congelado hacer que quede paralizada la economía del pequeño y mediano empresario.
Es como un juego donde hay que hacer un círculo y quien salga del círculo se lo lleva candanga.
Parece jugar escondido, donde las calles quedan vacías, sea por medidas de cuarentena o temor a la delincuencia.
Es jugar ajedrez donde una mala jugada nos deja en jaque mate.
Es jugar cartas, lo malo es no contar un as debajo de la manga por parte del Ejecutivo, el Joker (burlón, bromista o bufón) hace fiesta jugando con el trencito.
Es el juego de ladrones y policías, donde posiblemente la delincuencia hace de las suyas aprovechándose de las circunstancias y teniendo como aliada la mascarilla, donde es elemento para dar vida a unos y muerte a otros.
Parece ver a quienes les gusta salir con domingo siete preguntando: “¿Cuál pandemia?”
Mientras tanto sigamos jugando…
De tin marín de dos pingüé,
Cúcara, mácara, títere fue,
Yo no fui, fue Teté,
Pégale, pégale, al quien fue.
