Los bares se vieron obligados a poner candados a sus puertas a mediados de marzo debido a la declaratoria de la emergencia nacional por el Covid-19.
En la fase de reapertura de la nueva normalidad, dichos establecimientos eran parte del periodo 3, en un inicio fechado para implementarse a partir del 20 de junio.
No obstante, un día antes, el 19 de junio, el país anunció 119 nuevos casos de Covid-19 en tan solo 24 horas, en ese entonces era la primera vez que los casos sobrepasaban el centenar.
Ante tal panorama, el gobierno decidió posponer la fase 3, dejando los bares a puerta cerrada.
Un grupo de comerciantes de los establecimientos ubicados en el cantón central de Cartago y en Oreamuno conversó con DIARIO EXTRA a las afueras del Bar Cocos, en la Vieja Metrópoli, para denunciar el completo abandono del gobierno para sus intereses.
Lamentaron que en la reapertura se les tomara en cuenta durante la fase en que abrieron los restaurantes, de los que señalan que muchos de ellos están operando como bares.
Asimismo, denunciaron que el gobierno busca dejarlos en la quiebra porque las ayudas son insuficientes en momentos de crisis.
QUEJAS
Entre las quejas más frecuentes de los comerciantes está que las municipalidades les siguen cobrando la patente a pesar de que acumulan cuatro meses de no operar.
Aseguraron que con el cierre deben pagar alquiler, agua, luz y cable, y que en muchos de los servicios les facturan precios exorbitantes.
Los comerciantes dijeron a El Periódico de Más Venta de Costa Rica que recientemente han mantenido conversaciones con los líderes municipales de cada uno de los cantones.
Según relataron, los representantes les expusieron que lo más que pueden hacer es llegar a arreglos de pago, sin embargo, catalogan como injusta la medida tomando en cuenta que hubo más de un trimestre de no operar.
De acuerdo con estimaciones realizadas por los propios propietarios de los bares, las ganancias de un mes pueden rondar entre ¢4 millones y ¢12 millones, por lo que las pérdidas económicas en el transcurso de la pandemia estarían entre los ¢16 millones y los ¢48 millones y sumando.
SITUACIÓN CRÍTICA
Otra de las situaciones más críticas para los propietarios es el sostenimiento de sus trabajadores dentro de las instalaciones.
Algunos aplicaron la reducción de la jornada laboral a la mitad, pero en vista de que el escenario no es sostenible en el tiempo, se debió cesar a colaboradores.
Indicaron que llenaron la solicitud del bono Proteger en conjunto para determinar la ayuda estatal del gobierno de quienes se vieron afectados por la pandemia, de ¢62.500 para reducción de jornada y de ¢125.000 en suspensiones de contrato.
Algunos recibieron el subsidio y otros se quedaron esperando sin ningún tipo de respuesta.
Indicaron que hasta ahora no les falta en sus casas el arroz y los frijoles, pero si la situación no cambia en las próximas semanas, todo se volverá crítico.
DUEÑOS MOLESTOS
• Raúl Redondo
Bar La Guaria
“En mi caso tenía unos ahorros y se me fueron, estoy apenas con las uñas, mis hermanos me han ayudado, pero es fatal y duro porque no tengo de dónde agarrarme. Uno como miniempresario tiene la fe de levantarse nuevamente, vamos por 4 meses. El gobierno nos ha dado fechas para reabrir, pero no han cumplido”.
• Yajaira Torres
Bar El Diamante
“Hasta hoy tenemos 4 meses de estar cerrados. Tuvimos una reunión con Mario Redondo, alcalde de Cartago. Queremos ver cómo nos ayudan a exonerar la patente, tanto comercial como licores, ya que estamos pagando los cargos fijos municipales de electricidad y también tenemos pendiente el pago de la patente”.
• Jorge Eduardo Redondo
Bar Lo Alto
“Nosotros tenemos 4 meses de haber cerrado los bares y ya no hay plata. Todos los cobros de las cableras, el agua, la electricidad vienen todo igual. La Municipalidad de Oreamuno hicimos un listado de dueños de bares y pedimos una reunión con el alcalde, pero que lo único que se podía hacer era una prórroga y que las patentes debían pagarse igual”.
• Adrián Brenes
Cocos Bar
“Estamos sosteniendo un alquiler, nos cobran la mitad del alquiler, pagando electricidad, luz y una empleada con la mitad del salario. Yo solicité el bono Proteger y de ninguna manera me dieron un tipo de respuesta, simplemente que estaba en periodo de análisis y tampoco he recibido ningún solo pago. No hemos recibido ayuda de nadie y sentimos que estamos completamente abandonados”.
• Diego Marín
El Jardín
“Nuestra principal dificultad es el alquiler. El recibo más barato de agua que hemos recibido es de ¢125.000, de luz también y no estamos operando. No sabemos de dónde sacar los recursos, sigo pagando el alquiler, pero créame que se paga muchísimo. Estoy al día, pero en cualquier momento uno bota el tapón”.
• Diego Maroto
Bar El Estadio
“Somos negocios afectados por la pandemia y hemos sido de la minoría, pero ocupamos que el gobierno nos ayude y nos apoye. La medida fue simplemente cerrar sin ningún tipo de garantía para nosotros que estamos subsistiendo por nuestros medios, pero no ha sido necesario para cubrir los gastos”.
PERIODISTA: Greivin Granados
CRÉDITOS: Fotos: Cristian Cartín
EMAIL: [email protected]
Lunes 13 Julio, 2020
HORA: 12:00 AM
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