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Opinión

Las empresas ya no resisten restricciones

Editorial

Si bien es cierto sin salud no hay economía, sin economía tampoco hay salud. Esa relación deberían entenderla las autoridades, que siguen insistiendo en cerrar la actividad productiva del país, sin tomar en cuenta las consecuencias.

La economía es como un vidrio, si usted le da un martillazo puede que no pase nada la primera vez, en un segundo genera una grieta y en un tercero termina de quebrarlo.

Así lo creen en la Unión Costarricense de Cámaras (Uccaep) tras el anuncio del cierre decretado por el gobierno a través de la estrategia del baile y el martillo. 

Consideran que, si bien la situación sanitaria es complicada, el gobierno tuvo suficiente tiempo para prepararse. 

Todo esto sucede en medio de un contexto económico difícil. Es necesario recordar que el Banco Central (BCCR) reveló las estadísticas de la evolución del Producto Interno Bruto (PIB) real y de la balanza de pagos en el primer trimestre de 2020.

Durante dicho periodo la producción nacional creció apenas un 0,8%, en comparación con el mismo lapso del año anterior.

La estadística refleja una fuerte moderación con respecto a los últimos dos trimestres de 2019, cuando el comportamiento del PIB se mantuvo en un 2,6%.

El 6 de marzo fue la fecha en que Costa Rica registró su primer caso de Covid-19 y el 16 de ese mes el Gobierno de la República declaró emergencia nacional.

A partir de entonces se cerraron las puertas al turismo extranjero, establecimientos comerciales debieron poner un candado y las medidas de distanciamiento social se implementaron con mayor fuerza. 

Expertos en materia económica coinciden en que en la evaluación del próximo trimestre se empezarían a ver los efectos reales de las medidas de restricción.

De acuerdo con el análisis que realizó la institución, Costa Rica no escapó a la emergencia que atraviesa el mundo a causa de la pandemia.

“La variación anualizada de la producción registró una reducción del 6%”, expuso el BCCR.

La entidad estatal expuso que las transacciones netas con respecto a la cuenta corriente de la balanza de pagos crearon un superávit del 0,1% del PIB.

Ese dato contrasta con el déficit del 0,3% registrado durante 2019, según la institución.

La salida neta de flujos financieros por la cancelación de pasivos del sector público ocasionó una caída en los activos de reserva por $936 millones.

Ojalá el gobierno abra los ojos porque cada día que pasa más empresas cierran, más personas están desempleadas y el sistema de salud no va a colapsar por falta de camas, sino por falta de contribución y presupuesto.

Es urgente que el gobierno adopte un discurso claro y deje de improvisar con el arroz y los frijoles de la gente.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Sábado 11 Julio, 2020

HORA: 12:00 AM

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