Luego de que el Ministerio de Justicia tomara la Unidad de Atención Integral (UAI) Reinaldo Villalobos como el centro de operaciones para casos positivos Covid-19 del sistema penitenciario, este jueves se llegó al límite en el área de visitas conyugales que tiene capacidad para una decena de personas.
Los privados de libertad contagiados en las diferentes cárceles del país, en casos concretos de Pococí, Limón y recientemente de Liberia, tienen órdenes sanitarias y aun así fueron trasladados en perreras del Ministerio de Justicia hasta la UAI, donde los funcionarios no tienen el equipo completo y adecuado para movilizar los enfermos.
DIARIO EXTRA supo que un abogado pegó el grito al cielo y se pronunció sobre el traslado a la UAI que le hicieron a su representado que dio positivo en cárcel La Leticia de Pococí. Al hombre lo llevaron para una diligencia judicial a pesar de que existe dicha orden sanitaria, lo que generó malestar.
El personal penitenciario recibió la orden de utilizar la UAI como espacio idóneo para atender casos positivos de Covid-19 proveniente de la Organización Panamericana de la Salud, sin embargo por consulta de los propios funcionarios en dicho organismo se precisó que a la fecha no se ha solicitado visita técnica para evaluar ningún sitio y por ende dar alguna recomendación.
El Periódico del Pueblo conoció que las autoridades carcelarias estarían utilizando el gimnasio de dicho centro penal para albergar los casos de infectados que sigan ingresando tras agotar las posibilidades en los cuartos de visita íntima.
Pero en lo que sería el nuevo recinto para reclusos enfermos no se cumple con los requerimientos mínimos para que una persona pueda dormir confortablemente, ya que no tiene paredes, ni divisiones internas y no ha sido intervenido por el departamento de arquitectura del Ministerio de Justicia.
Aunado a eso los oficiales no cuentan con mascarillas, jabón líquido, alcohol en gel ni otros insumos, ya que la institución no los ha destinado para cuidar al personal que atiende a los contagiados. Inclusive los reos comen gracias al aporte de los fondos del comisariato de internos.
Estas acciones dejan en evidencia la falta de visión, planificación y deficiencia en las estrategias de logística de compras del Ministerio de Justicia.
Por ejemplo, a un privado de libertad positivo no le dieron la atención y terminó alterado, autoagrediéndose y escupiendo a los uniformados.
Lo que esperan los funcionarios, reclusos y sus familiares es que se tomen la situación con responsabilidad para evitar la propagación del virus que tiene en vilo el sistema penitenciario.
