El exfutbolista Reiner Robinson, a quien la Fiscalía solicitó 14 años de prisión, y seis personas más esperan sentencia por el delito de infracción a la Ley de Psicotrópicos en un juicio que se realizó en los Tribunales de Santa Cruz, Guanacaste.
Los otros imputados son Álvarez, exoficial de la Fuerza Pública, a quien le solicitaron 10 años cárcel; a Campos 11, a Joubert 8, igual que a Bustos, a Viales 9 y Loaiza 9. A ellos los detuvieron tras 20 allanamientos simultáneos luego de que las autoridades desarticularon una supuesta organización dedicada a la venta y distribución de drogas en Tamarindo, Guanacaste.
Las capturas se produjeron en abril del 2018. El exfutbolista, quien permanece descontando prisión preventiva, supuestamente se habría encargado de conseguir la marihuana en Limón que luego enviaba al Pacífico Norte, donde hizo una conversación en el lenguaje patuá al parecer refiriéndose al cargamento.
En el desarrollo del debate la Fiscalía contactó un traductor que al parecer no es oficial para el Poder Judicial, ya que era una de las pruebas fuertes que tenía el Ministerio Público para lograr una sentencia. Eso podría influir para que Robinson sea absuelto.
La banda operaba desde, pero se extendía a poblados turísticos como Cartagena, Villarreal, Santa Rosa, Huacas, Brasilito, Potrero y lugares cercanos, en los cuales distribuían y vendían drogas.
Presuntamente, el grupo trabajaba desde agosto del 2017 y en Puntarenas se habría coordinado el transporte de un cargamento de 16 kilos de marihuana, que fue interceptado el 12 de octubre del 2017 en dicha provincia.
Los allanamientos permitieron el decomiso de evidencia entre la que destaca marihuana y cocaína, armas de fuego (tipo pistola y escopeta), así como dinero en efectivo, tanto en dólares como en colones; además, se ubicó indumentaria que aparenta ser de la policía administrativa.
En apariencia el expolicía Álvarez, quien lleva 27 meses preso, era según la Fiscalía el informante del grupo narco y al igual que el resto espera la absolutoria luego de las contradicciones de algunos testigos, así como la inexistente cadena de custodia en las transcripciones de las escuchas telefónicas, que tampoco lograron oírse en el juicio.
