Costa Rica rumbo a las elecciones de 2022
Miguel Ángel Rodríguez E.* / Alternativas
El próximo proceso electoral se llevará a cabo en los tiempos posCovid-19.
Desde fines del siglo pasado vivimos un intenso cambio político. Y durante ese período la confianza de los costarricenses en la democracia se ha venido deteriorando.
Debe alegrarnos que ante la pandemia el aprecio en Costa Rica por la democracia ha aumentado, pero es muy posible que en el mundo se fortalezcan los estatismos, el nacionalismo y el populismo que de previo han venido tomando fuerza con sus mentirosas “soluciones perfectas”. ¿Cuál será nuestro futuro político?
La imagen del presidente Alvarado y de su gobierno se ha fortalecido por la muy buena conducción de la lucha contra el virus SARS-CoV-2. Pero no hay claridad en cuanto al derrotero económico, y los recientes cambios en el gabinete oscurecen más el panorama.
¿Tendrán algún chance las opciones socialcristiana y socialdemócrata de triunfar en los comicios de 2022? O, ¿se dará una tercera victoria de un PAC más radical por las corrientes políticas que posiblemente imperen en el mundo para esa elección?
A pesar de su éxito frente a la pandemia, el PAC enfrentará la muy difícil situación económica y social del país en 2021 y 2022 y llegará a los comicios con una población votante muy empobrecida durante sus dos gestiones.
Además, si actúa en busca del bien común y asume los cambios profundos necesarios para financiar el gobierno sin hundir más la producción, afectará el apoyo de sus bases tradicionales, y si no lo hace caerá o estará el país al borde de caer en una profunda crisis financiera aún más grave que la de los ochenta.
El PLN lleva ventaja por el mayor apoyo popular que retiene, lo demostró en las elecciones municipales. Pero lo limitan las luchas internas entre líderes tradicionales, y con nuevos actores políticos. Y, a pesar del paso de los años, persiste la división interna que se origina desde la crisis de los ochenta entre los grupos reminiscentes del estatismo y los que promueven una vía más capitalista. Las elecciones de 2014 y 2018 evidenciaron sus dificultades para obtener apoyo mayoritario.
El PUSC viene creciendo desde las elecciones de 2014, pero no ha podido responder a la difícil situación política de ser simultáneamente gobierno y oposición.
Además no se ha dado la integración del socialcristianismo hoy dividido, ni su posible coalición con otros movimientos de centro y centro derecha y la forma de elegir candidatos a diputados directamente por los órganos provinciales debilita los liderazgos e impide una visión unitaria de los problemas nacionales.
Los partidos evangélicos están de nuevo divididos, el ejercicio de sus tareas legislativas ha deteriorado el aprecio que de ellos tiene la ciudadanía y han mostrado sus carencias programáticas.
La izquierda y los movimientos liberales ortodoxos son manifestaciones sin vocación de gobierno, para la cual deberían conformar coaliciones con posibilidad de ser mayoritarias. Su estricto apego a valores y propuestas les limita la posibilidad de integrar intereses diversos.
En ese cuadro puede surgir una alternativa populista, basada en la mentira, que es el mayor peligro para la democracia y el bienestar de los ciudadanos.
A ningún movimiento político le será fácil evitarlo.
El destino del país lo determinarán el patriotismo y la habilidad con que se desempeñen los conductores políticos. Se requiere visión y desprendimiento de los conductores de los partidos políticos para ofrecer alternativas creíbles, con capacidad de gobernar y atractivas a los votantes en tan difíciles circunstancias.
Los años ochenta mostraron que el electorado costarricense en tiempos de crisis sabe distinguir el grano de la paja. En ese período el PUSC tuvo su mayor crecimiento, que lo proyectó a tres triunfos en los siguientes cuatro procesos electorales, con su actitud patriótica de apoyar las soluciones necesarias para enfrentar la crisis financiera, aunque fuesen impopulares.
¿Sabrá alguno de los partidos políticos en los siguientes dos años estar a la altura de las circunstancias?
