Soy un hombre casado de 54 años. Sé que ahora las cosas son diferentes a cuando uno era joven. Veo que mi hija tiene 24 años y no ha tenido novios, pero sale con uno y sale con otro, sin embargo no está con ninguno. Un día le pregunté a mi esposa y me dijo que ella no quería complicarse la vida y que solo tenía amigos con derecho. Como que entiendo y no entiendo, pero quiero saber qué piensa usted.
El concepto de amigos con derecho o amigovios se ha vuelto popular en los últimos años y hace mención a una relación de amistad en la que hay encuentros sexuales sin que implique los deberes de un noviazgo. Así en estos vínculos no hay deber de fidelidad, cada cual puede salir con quien quiera y cuando quiera, tampoco hay compromisos a largo o mediano plazo, ni salidas programadas o encuentros frecuentes.
Estas relaciones tienen muchos orígenes. En teoría se opta por ellas cuando no encuentran una pareja que reúna las características deseadas y se desea saciar los impulsos sexuales. Sin embargo muchas personas optan por estos vínculos como una forma de combatir la soledad al no ser capaces de establecer una relación formal como tal.
Al margen de estas consideraciones debemos recordar que el verdadero riesgo que implica este tipo de vínculo reside en el mismo ejercicio de la sexualidad en el sentido que puede ocurrir un embarazo y como no hay deber de fidelidad puede darse un contagio venéreo.
Adicionalmente, es común que surja el enamoramiento, situación que no es problema, salvo cuando ocurre solo es en uno de los dos, en cuyo caso el sufrimiento emocional por un amor no correspondido se vuelve una traba para continuar con una relación tan simple como la de amigos con derecho.
Los dos tenemos hijos de relaciones previas
Soy un hombre divorciado de 34 años. Estoy conociendo a una muchacha de 24 años que tiene un hijo de 5 años. Tengo dos hijos, uno de 5 años y otro de 7 años, de mi matrimonio anterior. Ella me parece una buena mujer y no creo que sea una mala influencia para mis hijos. Tampoco me considero una mala influencia para el hijo de ella. Aun así, no sabemos qué cuidados o precauciones debemos tener ambos en relación con los niños.
En la actualidad esta es una situación muy común en nuestro medio. Abundan las parejas que después de un vínculo en el que tuvieron hijos, se separaron y desean rehacer su vida. En estas circunstancias es muy importante que al inicio los niños no tengan mayor contacto con la nueva pareja, ya que tienden a crear nexos estrechos con los adultos, y si la relación no llegara a perdurar, con la separación se verían expuestos a un fuerte impacto emocional.
La otra faceta a tener en cuenta es la relación de ambos con el padre del hijo de ella y con su exesposa, que es la madre de sus hijos. Estas relaciones son muy delicadas y se debe evitar al inicio cualquier acercamiento, por lo menos mientras la relación se afianza.
Luego van a suceder diversos contactos, fortuitos y casuales, los cuales se debe procurar que ocurran bajo una atmósfera de respeto y armonía. Es perjudicial para los niños presenciar o enterarse de roces entre sus padres y las nuevas parejas. Así, ante cualquier diferendo, roce o malentendido se debe resolver entre adultos, sin involucrar a los niños.
El buen vivir, el convivio armónico y los buenos hábitos de vida son los factores que los niños requieren para un desarrollo psicológico adecuado y esa debe ser la meta en la interacción diaria con los pequeños.
