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Espectáculos

“Aquellos Salones de Baile” en un libro

Es obra del escritor Mario Zaldívar

  • Mario Zaldívar presenta “Aquellos Salones de Baile”, obra que incluye datos muy interesantes.

  • En los años 70 vino Julio Iglesias a Costa Rica y se presentó en el salón Los Molinos, en Cartago.

  • Klever Discotheque fue uno de los salones más pequeños de San José.

  • El Club de Amigos en San Ramón es el salón de baile activo más antiguo de Costa Rica.

En cuál salón de baile cantó Julio Iglesias por primera vez en Costa Rica, cuál es el más antiguo del país y a cuál llegaban los hombres en busca de damas cariñosas para bailar más que pegaditos.
Esos y otros datos los hallará en “Aquellos Salones de Baile”, obra del escritor Mario Zaldívar, quien visitó DIARIO EXTRA.
Este libro es una máquina del tiempo que incluye los más famosos salones de baile y lugares de ambiente de los últimos años, algunos de los cuales desaparecieron y otros aún sobreviven, incluso a la pandemia del Covid-19.

¿Cuáles salones incluye en su libro?
-Aparecen salones viejos. Sin duda el más viejo es el Centro de Amigos, de San Ramón. Se inauguró en 1900, tiene 120 años. Todavía se hacen bailes en ese lugar.
¿Cuál es el más viejo de San José?
-En el casco central ya no hay, pero el más cercano es el Salón Garibaldi, en Desamparados. Abrió entre 1974 y 1975, tiene más de 45 años. En Heredia el más famoso es el Típico Latino, tiene más de 60 años. Es el que está entrando a la ciudad de Heredia y hace muchos años se le conocía como La Carreta, pero antes como El Oxán. Aquí en San José han desaparecido casi todos. Uno de los más famosos era el Centro Social Herediano, muy cerca de DIARIO EXTRA, pero cerró. Uno que sigue vivo, pero no es tan viejo, es El Aloha, tiene unos 40 años de existencia. De los viejos, viejos cerraron por ejemplo El Rosemary, estaba cerca de aquí, en San José centro. Estaba donde hoy está Billares La Tómbola.
¿Dónde se presentó Julio Iglesias por primera vez en Costa Rica?
-En salón Los Molinos, en Cartago. Tengo una anécdota. Uno de los músicos viejos que lo acompañó en esa oportunidad dijo que a Julio no le gustó para nada el lugar y dijo: “A qué chinchorro me fueron a traer”. Julio iglesias era muy difícil. De esos salones de baile de provincias quedan datos como el City Garden de Cartago, que cerró, pero fue un salón de élite. Ahí llegaba la gente de mayor poder adquisitivo de Cartago. Era un lugar muy lindo, contaba con salones para quinceaños y cumpleaños. No necesariamente era un salón de baile, sino un restaurante.
¿Conoció Los Baños en Puntarenas?
-Conocí Los Baños muy bien porque en los años 60 estaba chiquillo y me acuerdo que se hacían las famosas excursiones de verano. Salían los sábados al mediodía desde Barrio México y regresaban los domingos por la noche. La gente iba a bailar al salón Los Baños. Yo no bailaba, pero sí fisgoneaba. Mi padre y mis hermanos mayores sí iban a bailar.
¿Escuchó a Gilberto Hernández en Los Baños?
-Ahí fue donde empezó a cantar. Le pidió permiso al maestro Lubín Barahona y empezó.
¿Cuál es el salón más pequeño?
-Sin duda Klever Discotheque era uno de los salones más pequeños de San José en los años 70. Estaba allá por el Barrio Chino, entre avenida segunda. Era bar y luego lo convirtieron en disco.
¿En San José cuál era el lugar más popular de los últimos 50 años?
-Depende de cómo se vea. Por ejemplo, El Sesteo, que estaba a un costado del Parque Central, era un lugar de élite. Estaba diagonal a la antigua Soda Palace, en la segunda planta, y era para la clase alta. El Bambú estaba detrás de la Universal, por años fue la sede de Lubín Barahona y hoy es el Bar La Embajada. Cuando uno entra a ese lugar se da cuenta que fue salón de baile porque es enorme. En ese mismo lugar también estuvieron la Oficina Mecanizada y el Almacén Alfredo Esquivel de electrodomésticos. Otro salón era el quinto piso del Gran Hotel Costa Rica, donde la clase alta hacía actividades. Otro de clase media y más abajo era La Orquídea, en el Paseo de los Estudiantes.
¿Qué pasó con El Jorón?
-Era un salón más nuevo, de los años 70. Fue un batazo porque era grande, muy popular y con las mejores orquestas. Tuvo una gran pegada. Después en San José nacieron salones a los que identificamos como “chisperos” y el más popular sin duda alguna fue El Rosemary.
¿Qué es un “chispero”?
-Son salones muy populares, donde se bailaba muy pachuco, muy pirateado, había pleitos, drogas y mujeres de la vida alegre. En La Coca Cola teníamos varios chisperos como El Barco del Amor.
¿Qué recuerda de Los Higuerones?
-Fue quizás uno de los salones más importantes en los 70 y 80. Tuvo una gran pegada. Yo iba los viernes y me acuerdo que se bailaba con pista muy ancha. La gente llegaba matriculada a bailar. Fue un salón famosísimo y desarrolló algo que no se había visto antes como eran los seguidores, fans que se identificaban como bailadores de Los Higuerones. En los años 70 un salón como El Hawai, en Moravia, creó muchos seguidores.
¿Conoció El Tobogán?
-Era uno de los mejores salones, ahora en sus terrenos construyeron un centro financiero. Hay una placa que dice “Se acabó el baile, empezaron los negocios”. Era de los años 70 y tenía una piscina con un tobogán enorme. Se bailaba muy bien con la Orquesta de Roberto Mata. En los 80 y parte de los 90 ahí se presentaban Los Brillanticos. Ahí tocó en noviembre de 1992 la Sonora Matancera de Cuba. Fue la última vez que vino a Costa Rica. Unos siete u ocho años después también tocó La Billo`s Caracas Boys de Venezuela. El Tobogán era muy amplio. Yo iba a bailar ahí los viernes y los sábados, eran unos llenazos.
¿Había salones vinculados a equipos de fútbol?
-Claro, la Liga Deportiva Alajuelense (LDA) y el Club Sport Herediano allá por los años 40 y 50. El salón del Herediano estaba a un lado del parque de la ciudad, un salón enorme de los años 40, donde contaba con la sala de sesiones de la junta directiva y la sala de trofeos. En el caso de la Liga tuvo su salón a un costado de la Catedral, era un salón muy viejo. Tuvieron una filial en avenida 12 que hoy es El Aloha. También el Deportivo Saprissa tuvo su salón allá por los años 50. Estaba donde hoy se halla Los Mercaditos, donde sesiona el Concejo Municipal de San José. El Club Sport La Libertad tuvo un salón de baile también en barrio Los Ángeles, sobre avenida 12. Otro con salón fue el Orión, que en 1958 pasó a llamarse Moto Club. Puntarenas tenía filial aquí por el Center City.
¿Cuál fue la foto más difícil?
-Sin duda la de El Rosemary porque iban las prostitutas y los muy machos.
¿Incluyó a La Caribeña?
-Correcto. Es de los 80 y es muy importante porque es el Caribe en San José.
¿La Avispa está en el libro?
-Claro porque es la presencia del público gay en San José. Tiene 40 años de estar ahí y se mantiene. Una foto que me costó mucho hallar fue del salón El Magirus, allá por donde está hoy la Fábrica Nacional de Trofeos. En realidad se llamaba El Broadway, pero le decían Magirus en honor a unos camiones alemanes que había hace años llamados Magirus-Deutz. Esos camiones se movían mucho y temblaban por la fuerza que tenían.
¿Es cierto que por años se les prohibió a los negros entrar al Club Unión?
-No tengo conocimiento de eso, lo que sí pasó y me lo contó un director de orquesta es que tras dar el show los mandaron a comer en la cocina.
¿La comunidad judía tuvo salón?
-No, la comunidad judía no tuvo salón, pero la que sí tuvo es la comunidad libanesa.
¿Quién fue Vera Violeta Ugalde?
-Fue una gran cantante invidente que ya falleció. Era la esposa de Solón Sirias padre, creador de La Tinaja Brass, que aún vive. Tenía una voz suave muy linda. Ella grabó muchas canciones, pero no en disco, sino en cinta abierta. Canto muchos años con Paco Navarrete.
¿Qué era El Gran Parqueo?
-El Gran Parquero era un salón espectacular de la familia Poblador. Se bailaba fuerte allá por los 80. Sus Diamantes era el grupo que tocaba ahí.
¿Por qué ya no existen salones para bailar?
-Los jóvenes de ahora están en otra cosa, ponen su atención en la tecnología, el gimnasio y las tabernas. Nosotros heredamos de nuestros padres y abuelos la fiebre por ir a bailar. Nuestras generaciones usaban el baile para conocer muchachas y muchachos para formar parejas.
¿Cuál es el impacto de la pandemia?
-Ha sido un impacto terrible sobre los pocos bailadores que quedan. El que va a bailar es porque le gusta el salón y su entorno. También va solo el que le gusta ir por diversión, ese bailador va a costar volver a llevarlo. El ambiente de salón es de aglomeración y contacto físico. Creo que dos o tres salones de los grandes que quedan van a desaparecer para convertirse en iglesias. El golpe será muy duro.
Finalmente, ¿qué les dice a los bailadores y los lectores de DIARIO EXTRA?
-Que no dejen de bailar y que sigan buscando salones cuando se pueda. Ir a bailar es un escape al estrés. Quiero agradecer a DIARIO EXTRA, que siempre nos ha apoyado en estos proyectos. Esperamos que cuando pase esto de la pandemia podamos hacer una presentación oficial. Este libro se hizo con apoyo del Ministerio de Cultura, por lo cual estoy agradecido. Vale ¢10.000 y se puede solicitar al teléfono 8921-7025.

PERIODISTA: Ariel Chaves González

CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley y Johanfred Bonilla.

EMAIL: [email protected]

Martes 26 Mayo, 2020

HORA: 12:00 AM

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