Tradicionalmente los fieles católicos esperan la Semana Santa para participar en los diversos actos litúrgicos con que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Para el catolicismo es una semana con mucho significado que invita a la reflexión y al fortalecimiento de la fe. Es, además, época de ayuno y penitencia.
Sin embargo, dada la realidad actual, la participación en misas, vigilias, procesiones, viacrucis y otros actos religiosos en forma presencial, no será posible este año como consecuencia de las normas sanitarias dictadas por el Ministerio de Salud.
La Semana Santa de 2020 llega de una forma atípica, con los templos cerrados debido a la pandemia por el Covid-19.
DIARIO EXTRA conversó con el sacerdote Fernando Muñoz, de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced en San José, quien reconoció además que el cierre de los templos desde el 18 de marzo golpea fuertemente la parte financiera de las parroquias.
Sin embargo, no dejó pasar la oportunidad para invitar a los feligreses a que se unan a las actividades de Semana Santa porque, aunque los templos estén cerrados, la Iglesia continúa más viva que nunca y se puede acudir a las nuevas corrientes tecnológicas para participar activamente, aunque sea de manera virtual. Aquí un extracto de la entrevista.
¿Cómo se puede describir esta Semana Santa?
-Para mí será la primera vez en mi vida en que participaré en una Semana Santa sin procesiones ni celebraciones comunitarias. Nunca había vivido una experiencia así, con los templos cerrados. Sin embargo, esto también tiene su significado, ha sido muy interesante porque la mayoría de las parroquias estamos prestando los servicios a través de Facebook y las redes sociales. Es muy interesante porque, aunque no podemos reunir a la gente ni los feligreses pueden estar en los templos por las circunstancias en que estamos, les llevamos el mensaje a través de las transmitimos de la Hora Santa, la misa diaria, la dominical, de acuerdo con lo que la gente está requiriendo.
¿Cómo cambia la actual situación la participación de los fieles?
-El hecho de que la gente esté en casa les va a permitir reflexionar más el sentido de lo que es la Semana Santa. Acuérdese que históricamente se le llama la Semana Mayor y es porque se celebra el punto central del misterio de nuestra fe: pasión, muerte y resurrección del Señor. Consecuentemente esto es tan importante para la vida de la Iglesia que se ofrece toda la semana para que la gente medite en el acontecimiento de la salvación. En esta ocasión van a estar en la casa y así poder meditar detenidamente lo que estamos conmemorando.
¿Cómo harán para oficiar las ceremonias más tradicionales?
-Aunque las personas no puedan estar en los templos, pueden participar a través de las redes sociales y los medios de comunicación, porque se van a transmitir las distintas celebraciones. Entre otros actos el Jueves Santo en la Cena del Señor, viernes en el oficio de la Pasión y el sábado que es la vigilia pascual, estos son los 3 grandes acontecimientos de la Semana Santa y se van a pasar por distintos medios.
¿Cuál ha sido la interacción de los fieles con el uso de las tecnologías?
-He visto tantísimas iglesias transmitiendo que resulta muy interesante que no haya sido obstáculo el hecho de que no podamos reunirnos. Es importante que la gente tome conciencia que la Iglesia no es el templo, la Iglesia somos los bautizados. La Iglesia no está cerrada, están cerrados los templos, pero la Iglesia está viva y está viva afuera, donde estén celebrando, meditando y reunidos en el núcleo del Señor, ahí está la Iglesia viva. Nunca me imaginé que tantísima gente se pusiera en sintonía con las distintas parroquias.
¿Ha vivido anteriormente el catolicismo una situación similar a la de hoy?
-Nunca habíamos vivido algo similar, esta es la primera vez en que la gente se detiene para que, aunque sea obligadamente, meditemos sobre la pasión, muerte y resurrección del Señor. En una circunstancia como la situación que estamos viviendo, la palabra de Dios llega a un mundo que está sufriendo.
¿Cuál relación visualiza entre la Semana Santa y la pandemia actual?
-En la bendición Urbi et Orbi, el papa Francisco nos dijo que estamos en un mundo enfermo, entonces yo digo que en un mundo enfermo está la salvación de Dios. La Pascua tendrá que venir y esa es la esperanza que todos tenemos. Aunque estemos en casa, podemos vivir el significado de la Semana Santa.
Muchos asocian el tiempo de Cuaresma con el dolor que vive el mundo, ¿comparte esta visión?
-Esta enfermedad empezó dentro del tiempo de Cuaresma para nosotros. Yo le dije a la gente recientemente que hemos vivido una Cuaresma, no porque las otras fueran falsas, pero ahora lo hemos experimentado en carne propia lo que significa el dolor, el sufrimiento, la limitación y la pasión.
¿Cómo les ha afectado el cierre de los templos?
-Los fieles son la esencia de la iglesia, se hace iglesia con la gente. Al no tener a la gente físicamente, al principio desconcierta, pero después uno empieza a entrar en la situación real que estamos viviendo. Sabemos que por el medio que sea estoy unido espiritualmente con ellos y con el mundo entero y más que esta no es una situación única del país, sino del mundo entero, entonces tiene una implicación muy grande.
¿En el aspecto económico cómo golpea a las parroquias?
-La Iglesia se sostiene con las colectas y contribuciones de los fieles. Al estar cerrados los templos no hay nada de eso, entonces tuvimos que hacer lo que el Ministerio de Trabajo sugirió, pedirles a las personas que disminuyan su tiempo de servicio al mínimo porque no tenemos cómo pagar. En el caso de la parroquia de La Merced, entre los proyectos más sociales que tenemos, para el cual se requiere dinero, es el desayuno que se da a los indigentes, el cual tuve que suspenderlo porque me cuesta casi ¢1 millón mensual. El otro que me dolió mucho fue el de alfabetización de adultos, tenemos tres grupos, pero por ahora no podemos sostenerlos.
¿Qué está haciendo la parroquia?
-Puse un mensaje en Facebook diciéndole a las personas que me quisieran ayudar con su contribución para pagar lo mínimo que le estoy dando a las secretarias que nada más están viniendo unas tres veces a la semana de 8 a.m. a 11 a.m. y a los dos sacristanes que están prestando servicio dos horas al día. Todos estamos afectados por la situación. Lo que sostiene a la Iglesia ya no entra.
¿Cómo se puede vivir la Semana Santa en casa en el contexto actual?
-En los mensajes que transmito a través de las redes sociales es que vivamos la esperanza. La Pascua va a venir y no tenemos que desesperarnos; de peores situaciones ha salido el mundo. De esta vamos va a salir. El otro aspecto que le diría a la gente es que se mantenga en casa y aprovechemos el tiempo para seguir las celebraciones y meditar en el misterio en la propia carne, la propia realidad que vive Costa Rica y el mundo para que podamos vivir desde la realidad nuestra la perspectiva pascual.
¿Cuál es la principal lección de la actual situación para la humanidad?
-Esto ha servido para que la gente se dé cuenta de la carrera en que vivía por la presión tan espantosa en que estaba, tal vez la desatención de los hijos, el descuido de la vida espiritual y esto está haciendo que la gente vuelva los ojos a Dios. Llama la atención que por tanto tiempo los políticos y los gobernantes querían quitar a Dios en todo y que la Iglesia que no se meta. Ahora oigo a los gobernantes ahí en las redes sociales como el presidente de El Salvador quien dijo que ese es un Estado laico, pero solo Dios los puede ayudar, ahora sí, vuelvan los ojos a Dios.
La Iglesia indica que la Semana Santa marca el periodo más importante para el Año Litúrgico, ¿cuáles son las razones?
-Este tiempo inicia con 40 días de preparación con el Miércoles de Ceniza para contemplar a Jesús sufriendo en una pasión y muerte en crucifixión, la humillación más espantosa para decirle al mundo que el amor de Dios no tiene límites y que estuvo dispuesto a darlo todo con tal de que el mundo entienda que el amor no tiene límites y que venció a la muerte con la Resurrección. Este es el gran acontecimiento que vive la Iglesia por siglos, prácticamente desde que nació. Luego se vienen 50 días de fiesta con la Pascua de la Resurrección. La Semana Santa inaugura un tiempo festivo. la resurrección es el acontecimiento que le da sentido a nuestra vida.
¿Qué significan los colores de este periodo?
-En la Cuaresma el morado significa penitencia, que está meditando sobre este misterio de la pasión y muerte del Señor para llegar a la resurrección. Del morado pasamos al rojo con el Domingo de Ramos y Viernes Santo que representa la sangre, Jesucristo es el rey de los mártires y es en función de él que tiene razón toda la donación y entrega de cualquier ser humano. En la Vigilia Pascual es blanco porque es festivo y se extiende por los 50 días de Pascua.
¿Cuál es el significado de la penitencia de no comer carne el Jueves y Viernes Santo?
-En ese aspecto yo soy tradicional. Ahora se dice que hagamos penitencia de no hablar de las personas o abstenernos de una u otra cosa. Para mí una penitencia terrible es no comer dulces porque me gustan mucho, entonces en Cuaresma no lo hago. Los viernes no se come carne y el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo se ayuna. Esto tiene implicaciones muy importantes, cuando yo me abstengo de lo que voy a hacer pienso que no solo del pan vive el hombre sino de toda la palabra que sale de la boca. Entonces me abstengo de algo que me hará crecer. Esto tiene una dimensión social comunitaria. Lo que iba a gastar en carnes lo reservo para compartirlo con el que no tiene porque la penitencia tiene una relación de tomar conciencia en mi ser interior, abrir mi corazón a Dios suplicando su misericordia por mi condición pecadora, para solidarizarme con aquel que está en peor condición.
Históricamente, los municipios deciden aplicar la “Ley Seca” durante esta semana, ¿cuál es su opinión al respecto?
-Muchos dicen que tenemos que cumplir por convicción y no por una ley. Con el coronavirus nos insisten en que no salgamos, pero muchos no hacen caso. También se pone restricción vehicular, pero muchos la incumplen, por lo que tuvieron que aplicar una multa más fuerte. Desgraciadamente el ser humano no aprende por convicción, entonces muchas veces se le debe imponer. Si esperamos que la gente por convicción no tome licor difícilmente lo lograremos. Por respeto deberían ser días de abstención de licor, son días para la reflexión.
EXTRADIRECTO
• Cuaresma: Preparación para el máximo acontecimiento de fe
• Semana Santa: Contemplación de fe
• Pascua: Paso del Señor por nuestra vida
• Procesiones: Manifestaciones públicas de fe
• Covid-19: Pasión del mundo en siglo XXI
PERIODISTA: Greivin Granados
CRÉDITOS: Foto: Jesús Ramírez
EMAIL: [email protected]
Lunes 06 Abril, 2020
HORA: 12:00 AM
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