José Miguel Cubero, volante de Liga Deportiva Alajuelense, vive dos realidades debido a la pandemia. Una de ellas es la deportiva, faceta en la que más se le conoce, para la cual trata de mantenerse en forma con miras a estar listo en el momento en que se reanude el certamen.
Antes de que el campeonato se detuviera, en la jornada 15, cuando la Liga se midió a Universitarios, el futbolista reapareció después de un mes lejos de la cancha debido a una lesión. Se recuperó y jugó 22 minutos ante los académicos, ingresó por Bernald Alfaro, pero otra vez tuvo que cortar su ritmo.
“Estaba contento porque había vuelto a las canchas, pero otra vez volvimos a parar, aquí es tratar de ser lo más profesional posible, tal vez no era lo que todos queríamos, pero ahorita lo más importante es la salud de todos, incluyendo familiares, seres queridos, compañeros”, comentó el jugador.
Aunque el fútbol es su profesión, tiene muy claro que en estos momentos hay otra prioridad, ya que se deben seguir todas las recomendaciones de las autoridades gubernamentales para evitar que el nuevo coronavirus se siga propagando.
En esa toma de decisiones, no le quedó más que frenar su negocio personal, lo que afecta a algunas familias de Sarchí, lugar en donde vive. “Con mi tío tenemos un complejo deportivo, canchas sintéticas, hay dos techadas y una destechada, aparte, también hace poco inauguramos una sala de eventos, pero todo está parado desde hace 2 semanas, desde que el Ministerio de Salud dio la orden”, externó.
Afirma que es complicado porque sus trabajadores tienen familia y en estos momentos están en la casa, no reciben los ingresos, asegura que tratan de ayudar en todo lo posible, pero la situación resulta compleja.
“En la academia deportiva tenemos 7 entrenadores, es el salario de 7 entrenadores y ellos todos tienen licencia, la mínima es la B, ellos ganan su dinero porque para eso estudiaron. Además, en el complejo tenemos 4 personas, más otra encargada de la sala de eventos; que es la que programa las citas y demás. Son alrededor de 13 personas, familias, que en este momento están afectadas porque la academia y la sala de eventos no producen”, destacó.
Acotó que ya tenían algunas actividades programadas, pero debieron cancelarlas, hasta el mes de julio no podrán hacer eventos, lo cual agrava el asunto. “Hablamos con los trabajadores, a algunos los mandamos a vacaciones para ver hasta dónde se aguanta esta situación”, subrayó.
FÚTBOL
Respecto a lo futbolístico, asegura que no tiene mayor inconveniente para cumplir con las rutinas que le envía el cuerpo técnico, esto porque aprovecha el material deportivo de la academia para realizar con cada uno de los ejercicios.
“Yo vivo a la pura par del complejo, salgo de mi casa por la parte de atrás, y me meto a la cancha, todo está cerrado, hago mi trabajo, lo que me mandan, y de nuevo a la casa, no tengo contacto con nadie. Por decirlo de alguna manera, el complejo me queda en el patio de mi casa”, apuntó.
Recordó que él y muchos de sus colegas viven del fútbol, que a la vez constituye una fuente de distracción para la sociedad, “hay gente que tiene jornadas duras de trabajo y en la noche quieren llegar a ver un partido y hablar bien o mal de los jugadores, porque eso es el fútbol, eso es lo bonito, y no tienen esa distracción”.
Adujo que, por el momento, lo que se puede hacer es pedirle mucho a Dios para que todo vuelva a la normalidad.
PERIODISTA: Andrés Zárate Sánchez
EMAIL: [email protected]
Lunes 06 Abril, 2020
HORA: 12:00 AM
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