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Opinión

Costa Rica está para más

EDITORIAL

Cuando vimos que los estudiantes de la Universidad de Costa Rica (UCR) y los del Instituto Tecnológico (TEC) presentaron prototipos de respiradores artificiales de primera respuesta fue inevitable no sentirnos orgullosos y hasta esperanzados. 

Y no es para menos, pues el país enfrenta, así como el mundo entero, una emergencia sanitaria que si bien debe llevarnos a tomar medidas extremas en algunos casos, a la vez nos obliga a reconvertirnos, ser creativos e innovadores. 

Además, Costa Rica logró -en tan solo 11 días- readecuar un centro de rehabilitación en un hospital para pacientes con diagnósticos de Covid-19, más de 1.300 personas colaboran para hacerlo realidad y poder dar la atención que se requiere ante el virus. 

Ingenieros, médicos, técnicos en electricidad, especialistas en fibra óptica y muchos otros profesionales pusieron manos a la obra para readecuar el espacio demostrando que cuando se quiere se puede y existe el potencial humano para lograrlo, solo hace falta un empujón. 

Entonces surgen varias preguntas que los costarricenses debemos hacernos de cara a la pandemia y la necesidad urgente de salir adelante: 

¿Cómo es que se desperdicia tanto talento en las universidades?

¿Qué están haciendo esas sedes de enseñanza superior para dar a conocer las investigaciones y los proyectos que realizan los estudiantes de todo el país?

¿Cuánto invierten estas entidades en investigación a lo largo de cada año?

¿Quedan esos estudios de avanzada destinados a dormir el sueño de los justos en las gavetas del escrito de algún catedrático o decano o bien en los estantes de las bibliotecas públicas?

¿Por qué se desperdicia de esta forma el capital humano que tenemos en las casas de enseñanza universitaria?

¿Deben estos estudiantes surcar otras latitudes para ser tomados en cuenta con sus proyectos?

¿Cómo puede ser posible que se pague millones en pluses salariales y no se puedan asumir los costos de estudios exitosos que podrían posicionar al país en la mira internacional? 

No puede comprenderse cómo los bancos del Estado y otras dependencias no han visto el potencial existente en los estudiantes y profesionales ticos, mientras continúan resistiéndose a invertir en ideas de negocios. 

Definitivamente hace falta visión, Costa Rica destina miles de millones anuales en los centros de educación superior, en mantener la vida de los catedráticos y uno que otro funcionario, sin embargo nuestro país parece no estar dispuesto a dar un paso adelante en el descubrimiento, la creatividad e innovación. 

Si vemos más allá de lo que tenemos en la punta de la nariz, podríamos cambiar las cosas y la perspectiva de cómo nos ven desde afuera. 

Si tan solo nos enfocáramos un poco en el potencial existente para desarrollar ideas únicas y revolucionarias que cambien el mundo en el área de la tecnología, las ciencias médicas, el medio ambiente y hasta el agro, daríamos un gran salto. 

Estamos varados en competitividad. Llevamos años dando patadas de ahogado para surgir, pero cada día se hace más complejo y esa es una cuestión de actitud, los ticos estamos varados en el conformismo y en es emergencias como la que vivimos las que nos hace reaccionar y ponernos las pilas. 

Pero ese no debe ser el común denominador del progreso, el estado de emergencia no debe ser el banderazo de salida. 

No hay porqué sentir la respiración detrás de la nuca para decidirse finalmente por avanzar. 

¿Y por qué somos poco competitivos? La criminalidad ha aumentado, son pocas las suscripciones de internet de fibra óptica y banda ancha, a esto se suma la dificultad de acceso al crédito para pymes, se trata de condiciones que llevaron a Costa Rica a perder 7 peldaños en el ranking de competitividad global del año anterior. 

El país ocupa el puesto 62 entre 141 naciones que fueron analizadas, según el Foro Económico Mundial. 

Otros factores que coadyuvaron a la baja en la competitividad de la economía fueron el rezago en la capacidad de innovación, poco reconocimiento de las investigaciones científicas y publicaciones. Y en cuanto al mercado financiero, resalta la baja disponibilidad del capital de riesgo y limitado desarrollo de los mercados de capitales. 

El experto Ronald Arce, dijo en su momento: “Estamos estancados… estamos viendo pasar a los corredores”. Y desde luego ese es el sentimiento de los costarricenses, que no logramos comprender cómo un país con todo el potencial para ser un referente mundial se duerme en los laureles. 

Si bien nos ubicamos como el quinto más competitivo de América Latina, lo cierto es que el mal de las naciones vecinas no puede jamás ser el aliciente tico y menos el punto de partida. 

En tiempos de Covid-19 podemos repensar qué haremos una vez que todo esto pase y como nos subimos a la cima de la competitividad de la mano de la innovación y la creatividad, pero ante todo con mejor actitud.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 01 Abril, 2020

HORA: 12:00 AM

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