Ciudad de Guatemala, Guatemala. (AFP) - La rudeza de sus tatuajes contrasta con la sutiliza de Jason usando la máquina de coser, con la cual él y otros jóvenes presos en Guatemala confeccionan mascarillas para enfrentar al nuevo coronavirus.
El muchacho de cabeza rapada hasta hace unos días no podía utilizar la herramienta de costura y ahora da las puntadas finales a las mascarillas que serán entregadas a funcionarios de gobierno que atienden la pandemia de la Covid-19.
El centro resguarda a más de un centenar de adolescentes, entre ellos miembros de pandillas sindicados de asesinatos, extorsiones, tráfico de armas y drogas.
Las correccionales guatemaltecas han sido tradicionalmente escenario de violentos motines que han dejado muertos y heridos entre internos y guardias, algunas ocasiones por rivalidad entre pandillas o inconformidad por restricciones.
La meta es terminar 5.000 mascarillas en dos semanas, para lo que se espera incluir a los otros cuatro correccionales a cargo de la estatal Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS).
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Martes 31 Marzo, 2020
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