Karina Vega es una joven que con 23 años está abriéndose paso en las divisiones menores del fútbol nacional con la categoría U-10 del Santos, a la cual llevó a semifinales en dos ocasiones, y añora seguir creciendo como entrenadora hasta llegar a ser la segunda mujer en dirigir en la primera división masculina dentro de unos años.
La pasión por el fútbol es una de las más preciadas herencias de su padre, Leonardo Vega, quien falleció tras una entrada artera que le hicieron en un partido de canchas abiertas en noviembre de 2014.
Sin embargo, la dura experiencia de vida que esto le dejó la canalizó para crecer y continuar con el fútbol en honor a su querido papá.
“Desde que él murió decidí que iba a luchar por lo que quería y a mí siempre me llamó la atención el fútbol. Siento que si él estuviera vivo estaría en la cancha conmigo ayudándome en el equipo, aun así siento que él está conmigo, es la mejor forma de acercarme a mi papá”, explicó Karina.
Los frutos los cosecha muy pronto, pues ya está terminando la licenciatura en educación física y desde hace año y medio tomó las riendas del grupo de niños del Santos, a quienes logró clasificar en dos ocasiones consecutivas a las semifinales del torneo de Unafut.
“Asumí el reto porque a mí me encantan las nuevas experiencias y dije que sí, empecé con el grupo de chicos donde competimos en campeonatos interfiliales, ahí tenía un grupo de niños muy talentosos y luego en Unafut venimos de llegar a semifinales en ambos torneos”, agregó Vega, quien es oriunda de Sarapiquí pero vive en Guápiles.
Entrena a los niños los lunes, miércoles y jueves durante la tarde-noche, luego de cumplir su trabajo en las oficinas administrativas del Santos. Les inyecta mucha disciplina a sus dirigidos, quienes la respetan en todo momento durante los 90 minutos que dura la práctica.
“La disciplina es lo principal que yo trato de desarrollar en un chico, me encanta que hagan los trabajos con la máxima exigencia, les digo que nunca pueden estar satisfechos, siempre tienen que saber que pueden dar más”, apuntó.
Aun así, siendo una autoridad para sus jugadores, se convirtió en una referente para ellos, quienes también se divierten con el carisma y la aprecian.
“Ellos ven en mí una persona de mucho respeto, pero también me ven como una amiga”, añadió.
PROFESIONALISMO
Ella ya piensa en empezar los cursos para sacar el título de entrenadora, pues su sueño es seguir escalando como directora técnica para llegar a la primera división masculina.
“Quiero que eso se vea normal, el feminismo está tomando todo y soy una persona feminista. Quiero sacar las licencias para darle camino a ese sueño que tengo”, indicó.
Aunque irá paso a paso rompiendo los estereotipos, por ahora se logró ganar el respeto de los demás entrenadores en el Santos, donde le toca compartir mucho con Johnny Chaves, técnico del primer equipo, y otros de liga menor como José Garro y Juan Diego Madrigal, los cuales son jugadores de primera división pero a su vez dirigen la U-17 y la U-15.
“Ellos dicen que soy la consentida del estadio, entonces le pido algo al profesor que yo ocupo saber y él con gusto me explica, gracias a Dios nos llevamos muy bien y dicen que se sienten orgullosos de que una mujer sea compañera de ellos”, mencionó Karina, quien también es respetada por sus rivales en la cancha.
JUGADORA
Karina Vega también juega fútbol con el equipo de Pococí de la primera división, todavía no ha debutado ya que en el torneo pasado no pudo por un inconveniente de reglamento, pues al estar inscrita en Unafut como entrenadora, no podía actuar con un equipo de la Unifut (primera división femenina), pero se envió una apelación que dio lugar y ahora cuenta los días para saltar a la cancha con los tacos puestos a defender el costado derecho de su escuadra.
PERIODISTA: Alejandro Monge
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Martes 04 Febrero, 2020
HORA: 12:00 AM
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