Desde 2010 hasta 2018 en Costa Rica se registró una tendencia creciente en el cultivo de marihuana en el territorio nacional. Pese a ello, de 2017 a 2018 hubo una reducción del 1,9%.
Así se deriva del Informe de Situación Nacional sobre Drogas y Actividades Conexas, publicado por el Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD) la semana anterior.
La documentación señala que históricamente más del 60% de las plantaciones se ha erradicado en Talamanca y Osa, con un 78,3% y un 19,5%, respectivamente.
Estos cantones presentan condiciones geográficas que favorecen la ilícita actividad porque son zonas con cobertura boscosa y, por ende, con dificultad de acceso.
De acuerdo con la última edición del Índice de Progreso Social, Talamanca se ubica en el último puesto y Osa se halla en la casilla 70 de un total de 81 cantones.
Solo en 2018 se eliminaron 1.347.136 plántulas de Cannabis sativa que, en botánica, son los primeros estadios de desarrollo; es decir, desde que germina hasta que se desarrollan las primeras hojas verdaderas o funcionales.
Estas más de 1,3 millones de plántulas se cultivaban en 11,41 hectáreas del territorio nacional, donde había en total 211 plantaciones.
En su mayoría estas plantaciones se ocultan en sembradíos lícitos, tales como el de yuca, lo que dificulta su visualización desde tierra y aire.
Además el informe recalca que se erradicó la primera plantación de arbustos de coca, la cual consistía en 104 plantas ubicadas en Pérez Zeledón.
“En Costa Rica la erradicación de cultivos de plantas incluidas en los convenios internacionales es una actividad que se ha centrado en los cultivos de Cannabis. Esto es concordante con el hecho de que existe una demanda local por este tipo de producto.
Según el IAFA, la prevalencia en población general (hombres y mujeres) en el 2015 de consumo activo es del 3,2%, y en el caso de alguna vez en la vida correspondió al 17,7%. Esto evidencia una demanda por este tipo de sustancia, aspecto que genera un mercado que puede resultar bastante lucrativo”, se lee en el documento del ICD.
La destrucción de más plantaciones debe analizarse en dos vertientes, la primera puede ser una mayor demanda en el mercado por esta sustancia y la segunda un esfuerzo más eficiente de los cuerpos policiales por hallar esta actividad.
Adicionalmente el informe reconoce que quienes se dedican a estas actividades manipulan a los residentes de las zonas elegidas, pues compran su silencio, incluso les ofrecen grandes cantidades de dinero para que se involucren en la labor.
Eso es así tanto para las plantaciones de Cannabis sativa como para la habilitación y uso de los terrenos como pistas de aterrizaje.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
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Sábado 30 Noviembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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