Quito. (AFP)- Ecuador volvió a la calma, tras acordar el gobierno con el movimiento indígena el fin de la crisis causada por el furioso rechazo a medidas de austeridad, y tenía por delante la difícil tarea de reparar los daños que dejaron 12 días de protestas.
El balance era de miles de millones de pérdidas en todos los sectores. Además de ocho muertos, 1.340 heridos, incluidos algunos pacientes en estado crítico, y 1.192 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.
El ministerio de Gobierno (Interior) reportó a su vez 1.419 detenidos, incluidos 54 extranjeros como cubanos, venezolanos y colombianos.
Quito fue escenario de violentas protestas por la eliminación de subsidios a combustibles, que finalizaron el domingo con un compromiso entre el gobierno de Lenín Moreno y el movimiento indígena que lideró las manifestaciones. La negociación fue cara a cara, con mediación de la ONU y la Iglesia católica.
Los aborígenes, que participaron en los derrocamientos de tres mandatarios entre 1997 y 2005, obtuvieron una "simbólica" victoria, estimó Pablo Romero, experto indigenista de la universidad Salesiana.
El acuerdo "muestra el poder del diálogo pacífico" y ayudará a devolver la estabilidad al país, declaró por Twitter el subsecretario interino de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Michael Kozak. Quito es aliado de Washington.
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Martes 15 Octubre, 2019
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